EL PROCESO PIDE UN CAMBIO

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Andrés Gómez Vela

El conflicto protagonizado entre los gestores versus los conductores del proceso (que se traduce en el paro y bloqueo de estos días contra la elevación de precios de los alimentos y el aumento de salarios) ¿marcan el principio del fin del Proceso de Cambio? No. Pero puede significar el comienzo del adiós de Evo Morales, quien perdió su ajayu con el sui géneris gasolinazo, que causó la subida de todo, menos de la gasolina. Sin embargo, el fin no será mañana mismo, sino en las próximas elecciones, cuando gran parte de los bolivianos termine por convencerse que el Estado Socialista Comunitario sólo existió en la mente de Álvaro García y el “vivir bien”, en la de Choquehuanca.

¿CUÁLES SON LAS CAUSAS DE ESTA FURIA POPULAR?

Hay mucho dinero, pero no, comida.- Es difícil de creer que habiendo tanto dinero en la banca comercial, en las arcas del Banco Central, en los bolsillos de las actividades ilícitas (narcotráfico, contrabando), el país no tenga qué comer. Es de Ripley importar casi el 70 por ciento de los ingredientes de una rica sopa de maní, cuando los precios de los minerales y los hidrocarburos están mejor que nunca.

Los precios del Evo.- Dos campesinos comentan en un bus interprovincial: “este Evo ha hecho subir todo”. “Ya para nada alcanza el dinero”. “Hasta el café ha subido”. “El Evo siempre ha hecho subir”. El inmaculado nombre comienza a ser mascullado como prescindible y causante de todos los males presentes, lo que no sucedía antes del gasolinazo. Son los efectos de la propaganda; como hicieron creer que “Bolivia cambia y Evo Cumple” y posesionaron en el imaginario popular de que el Evo regala bonos con “su” dinero, entonces la gente cree que “la renta dignidad es del Evo”, la “cancha de césped sintético, también”, por tanto “la crisis y la subida de precios, también”, así no tenga nada que ver.

Traición.- Lo peor que le puede pasar a una persona es sentirse traicionada por su “libertador”; que le venda el sueño del “vivir bien” y luego le deje sin azúcar, sin arroz, sin pollo, sin papa y le condene a criar abejas para tomar miel, gallinas para comer huevos y conformarse con una sopita de hueso como en los tiempos cuando comía chuño, tunta, pito, tostado para gambetear al estómago, entonces, ¿en qué queda el vivir bien o cuánto ha cambiado el proceso de cambio la vida de los liberados?

Más circo, menos pan.- La gente se politiza cuando un gobierno toca su bolsillo y golpea su estómago. La falta de pan no logra ser eclipsada por el circo así los payasos sean extraordinarios. Por el contrario, es la causa del enriquecimiento político de los pobres para acabar con los autores de obras teatrales como ese que trajeron con el rótulo de: “Adiós neoliberalismo, bienvenido socialismo”.

Empero, no todo está perdido, el proceso está a tiempo de ser salvado siempre y cuando el Presidente escuche otras voces de las que habitualmente oye. Es momento de una cumbre con todos los actores sociales, políticos y económicos para hablar de un gigante plan económico con tres objetivos: distribuir con justicia la riqueza, reordenar los espacios de poder y estructurar un programa para superar la crisis alimentaria que amenaza con traer una hambruna con imprevisibles consecuencias.

Es tiempo de pensar en el proceso, antes que en los “yos”. El gobierno no puede seguir despreciando las ideas de los llamados neoliberales y en la práctica ser devoto del mercado. Debe cuidarse de los apátridas, pero hablar con los “no pachamamistas”.

El proceso pide un cambio antes que resurja la derecha y cambie de proceso. Requiere un sacrificio como la Pachamama, en agosto. No es dialéctico vivir creyéndose socialistas y morir como neoliberales. Es tiempo de buscar al reemplazante de Evo para salvar el proceso. En tanto, es un imperativo reconducirlo para evitar que se acabe en la figura del “compañero Presidente”.

FOTO: Internet

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