La violencia entre ambas comunidades resurge tras la quema de una iglesia hace unos días
Al menos trece jóvenes coptos fallecieron ayer durante un choque entre cristianos y musulmanes registrado en un suburbio de El Cairo. Fuentes del ministerio de Salud egipcio citadas por la agencia oficial MENA confirman la cifra, que en un primer momento era confusa.
El enfrentamiento, en el que participaron más de 1.300 personas, se originó cuando un grupo de cristianos coptos bloquearon una autopista de la zona sur de la ciudad que transcurre junto al barrio. Los musulmanes que intentaban salir del bloqueo se opusieron a ellos e intercambiaron pedradas y cócteles molotov.
Es el segundo día que la capital egipcia vive enfrentamientos entre ambas comunidades después de que el pasado domingo fuera quemada una iglesia en el barrio de Helwan, a las afueras de la ciudad. Un grupo de musulmanes habían prendido fuego al templo después de un enfrentamiento entre familias que había dejado dos muertos porque una musulmana tenía una relación amorosa con un cristiano.
En un intento por dispersar a los enfrentados el Ejército disparó al aire. En un principio se había informado de la muerte de un joven de 18 años que fue alcanzado en la espalda por una bala, aunque no estaba claro el origen del proyectil ni si se trató de un ataque intencionado. Algunos testigos han declarado que vieron a algunos de los manifestantes portar armas.
Además, al menos cinco vehículos han quedado destruidos por el fuego durante la disputa. El barrio de Moqqatam, donde se produjeron los enfrentamientos, es un lugar de peregrinaje para los coptos que acuden a las iglesias que hay excavadas en la roca. Además, alberga una de las comunidades más pobres de la ciudad (en su mayoría cristianos).
El jefe del gobernante Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, Mohamed Husein Tantawi, había prometido que el Ejército reconstruirá la iglesia destruida antes de Semana Santa, en un intento por suavizar la renacida tensión entre ambas comunidades. También el nuevo primer ministro, Essam Sharaf, había intentado aplacar los ánimos de la comunidad copta presentándose en el edificio de la Televisión Pública donde los miembros de esta fe se manifestaban.
Egipto es un país de mayoría musulmana suní donde los cristianos coptos suponen apenas el 10 por ciento de una población de 80 millones. Las quejas por exclusión son frecuentes. Y eventualidades como la construcción de nuevos templos generan a menudo tensiones entre ambas comunidades porque los coptos consideran que no tienen la misma libertad para construir lugares de culto que los musulmanes. Un informe del Gobierno publicado el año pasado señala que Egipto tiene 2.000 iglesias y más de 93.000 mezquitas.
Además los ánimos han estado caldeados desde que la pasada navidad un atentado contra una iglesia en Alejandría dejara 23 muertos y más de 90 heridos y de que semanas después un policía musulmán fuera de servicio entrara en un tren mientras estaba estacionado en la ciudad sureña de Samalut 260 kilómetros al sur de El Cairo, y matara a un hombre de 71 años e hiriera a otras cinco personas cuatro mujeres y un hombre, todos ellos cristianos.
Hace un año, también durante la celebración de la navidad copta un tiroteo dejó seis ortodoxos muertos. El principal acusado fue condenado a la pena capital poco después del atentado de esta navidad. El ataque de Nochevieja en Alejandría volvió a quebrar los ánimos de los egipcios que olvidaron sus diferencias durante la revolución que llevó al derrocamiento de Hosni Mubarak el pasado 11 de febrero.
FUENTE: Periódico El País de Madrid
FOTO: Periódico El País de Madrid