El terremoto y posterior tsunami en el mar que está arrasando la costa nororiental de Japón, que ha provocado decenas de víctimas mortales y miles de desplazados, también tendrá consecuencias sobre la ya de por si frágil economía del país del Sol Naciente.
A las crisis de gobierno que han salpicado al país en las dos últimas semanas -dimisión del ministro de Exteriores y reconocimiento del primer ministro Naoto Kan de asumir sobornos por parte de una empresa surcoreana- se añade ahora esta catástrofe natural que corre el riesgo de llevarse por delante las débiles bases de la economía japonesa.
El país ha pasado de ser una gran potencia mundial en la exportación de tecnologías y bienes de equipo a padecer desde hace décadas el estancamiento y posterior recesión económica.
La apreciación del yen -la moneda japonesa- ha frenado sus exportaciones y otros problemas coyunturales son la deflación, la imparable tasa de desempleo, la enorme deuda pública lo que ha potenciado la intervención del Gobierno sobre la economía inyectando miles de millones de yenes para reflotar la situación en los próximos cuatro años y volver a recuperar la senda del crecimiento económico.
La economía japonesa se encuentra en un período de 20 años de crecimiento estancado y tiene un mercado asiático de crédito congelado. En los ochenta y noventa, durante la llamada “edad de oro” de la economía japonesa, la inflación de Japón tenía al mercado inmobiliario tan metido en una burbuja que se estimaba que el valor inmobiliario del palacio imperial de Tokio era mayor a todo el estado de California.
Claramente, la economía japonesa tenía un sobreapalancamiento. Lo que ocurrió después fue muy similar a la sequía crediticia de la actual crisis de las subprimas y a la crisis del 20.
El sistema crediticio japonés se secó y los bancos se volvieron sombras. Como consecuencia, el gobierno japonés se vio obligado a intervenir y mantener la economía a flote, nuevamente algo muy similar a lo que está haciendo EE.UU. en estos momentos con la política de Barack Obama.
Para ello, el gobierno japonés debió asumir una enorme carga de deuda, que excedía el 200% del PBI japonés, convirtiéndose así en el segundo prestador después de EE.UU.
CAÍDA DEL ÍNDICE NIKKEI AL DÍA DEL TERREMOTO
El índice Nikkei de la Bolsa de Tokio cayó un 1,7 por ciento después de la noticia de un fuerte terremoto en la costa noreste de Japón y que se sintió en Tokio. El mercado había estado débil antes por las preocupaciones sobre Oriente Próximo, informa Reuters. El Indice Nikkei cerró con baja de 179,95 puntos, un 1,72 por ciento, a 10.254,43 tras abrir a 10.298,64 y oscilar entre 10.254,43 y 10.378,55.
APRECIACIÓN DE LA MONEDA JAPONESA
Por otra parte, la fortaleza del yen ha amortiguado los efectos negativos del encarecimiento del petróleo en Japón en comparación con otros países, aseguró hoy el ministro nipón de Política
Económica y Fiscal, Kaoru Yosano.
La divisa japonesa se ha apreciado durante el último año respecto a las principales monedas mundiales, lo que para la economía nipona supone un abaratamiento de las importaciones, aunque también mine la competitividad de sus exportadores.
El petróleo que se consume en Japón procede casi totalmente del exterior, por lo que Yosano consideró que el país debe observar detenidamente las fluctuaciones en el precio del combustible, por su “impacto negativo en la economía global”.
Sin embargo, “con la revalorización del yen a lo largo del último año, Japón no ha sufrido tanto como otros países”, contrapuso Yosano, ya que los precios del crudo están fijados en dólares, moneda de referencia que se encuentra cerca de su nivel más bajo en 15 años frente al yen.
La moneda japonesa se revalorizaba hoy al poco de abrir la Bolsa de Tokio un 0,14 por ciento frente la divisa estadounidense, que se intercambió en 82,95 yenes.En cambio, la divisa japonesa cedía un 0,02 por ciento respecto a la moneda única europea, hasta intercambiarse un euro por 114,46 yenes.
CRISIS POLÍTICA Y ELECCIONES LEGISLATIVAS EN PRIMAVERA
El primer ministro japonés, Naoto Kan, ha admitido este viernes que recibió donaciones políticas de un contribuyente surcoreano, algo ilegal en Japón, aunque afirmó que no tiene intención de dimitir por ello.
El jefe del Gobierno nipón comunicó a su Gabinete que uno de sus fondos políticos había recibido esas donaciones sin que él tuviera constancia de que provenían de un residente extranjero, según la agencia Kyodo.
La situación es complicada para Kan -en el cargo desde hace nueve meses- sobre todo después de que Seiji Maehara renunciara el pasado domingo al puesto de ministro de Exteriores de Japón por haber recibido una donación ilegal de una contribuyente surcoreana que él estimó en 50.000 yenes (435 euros) si bien la oposición la incrementa a 200.000 yenes (1.735 euros).
La Ley de Control de Fondos Políticos de Japón impide las donaciones de individuos o empresas extranjeras para impedir que influyan en la política local.
El anuncio del primer ministro, cuya popularidad supera apenas el 20 por ciento, es el resultado de que el diario Asahi publicase el mismo día que los fondos políticos de Kan recibieron donaciones de surcoreanos por un millón de yenes (8.730 euros) en 2006 y 2009.
Parte del dinero lo recibió, según Asahi, en noviembre de 2009, cuando ya era viceprimer ministro de Japón con el Gobierno del Partido Democrático (PD). El diario explica que la donación provenía del director de una institución financiera relacionada con residentes coreanos y fue hecha bajo un nombre japonés.
Naoto Kan fue elegido primer ministro de Japón el 8 de junio de 2010 tras la abrupta dimisión de Yukio Hatoyama, quien el 30 de agosto de 2009 había ganado las elecciones generales con el PD, apartando del Gobierno al Partido Liberal Demócrata (PLD), en el poder en Japón durante más de medio siglo.
El PD de Kan tiene una amplia mayoría absoluta en la Cámara de Represetantes pero en julio de 2010 perdió el control del Senado, lo que permite a la oposición bloquear parte de sus iniciativas legislativas.
La oposición reclama desde hace meses a Naoto Kan que disuelva el parlamento y convoque elecciones generales anticipadas. Mientras, el país continúa viviendo una crisis política y económica que se eterniza.
FUENTE: Alerta Digital
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