Del monstruoso derrame de petróleo en el Golfo de México hace un año, atribuible a la petrolera británica British Petróleum, BP, seguramente que nos enteramos todos, porque la magnitud del desastre hacía imposible esconderlo, ocultarlo o al menos disimularlo.
Lo que no sabíamos era que la BP no era la primera vez que causaba desastres por su manejo irresponsable de sus propios negocios. En el caso del derrame en el Golfo de México ya quedó establecido que hubo por lo menos negligencia de la BP para tomar previsiones que hubiera prevenido el criminal derrame.
Pues ahora nos enteramos que la petrolera británica tendrá que pagar 25 millones de sanción por el derrame de crudo de uno de sus oleoductos en Alaska en el año 2006
El monto de la multa, relacionado con el número de barriles derramados, fue calificado como la más severa para una contaminación de petróleo en los Estados Unidos y forma parte de un acuerdo entre BP, el departamento de Justicia y la Agencia de Protección Ambiental (EPA).
En marzo de 2006, la fuga de petróleo de un oleoducto de BP Alaska provocó el derrame de más de 5 mil barriles de crudo en la región ártica. La investigación concluyó que el escape fue consecuencia directa de una falta de control y de mantenimiento del oleoducto por parte del personal de la compañía.
Quién sabe qué opinarán los expertos, pero a nosotros la sanción de 25 millones nos parece ridícula en proporción a los daños causados.
Y eso nos hace temer que cuando se sepa, finalmente, cuánto debe pagar la petrolera por daños en el Golfo salgan con una suma también ridícula, porque en eso debe estar “trabajando” precisamente los abogados y los lobistas de la BP.
No sobra, por eso, insistir en recordar que el año pasado BP fue responsable de la peor tragedia ambiental de la historia de los Estados Unidos tras una explosión que destruyó la plataforma Deepwater Horizon, que dejó 11 muertos y provocó el derrame de millones de barriles de petróleo en las aguas del golfo de México.
BP, la tercera mayor petrolera de Europa por valor de mercado, prometió al gobierno de ese país destinar US$ 1.000 millones para pagar los proyectos de restauración.
La agencia Moody’s estimó que el costo final del desastre para la firma podría llegar a US$ 60 mil millones. Una cifra menor calcula BP al estimar que costos no superarían los US$ 41 mil millones, incluyendo la limpieza y el pago de indemnizaciones.
Debemos dejar claramente establecido que no tenemos nada particular contra la British Petroleum, ni contra ninguna otra corporación petrolera específica. Las detestamos a todas, porque todas hacen parte de un “sistema” que está haciendo mucho daño a la humanidad y que si nadie se lo impide podría acabar con ella.
Y no es que el petróleo, como elemento, sea malo, sino quienes lo están manejando desde hace más de un siglo para servir intereses, egoístas y mezquinos.
FUENTE: Editorial de “El Nacional”
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