GASOLINAZO: UN NEGOCIO REDONDO PARA EL GOBIERNO DE EVO Y LAS PETROLERAS

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Plataforma Energética.org.- La población debía pagar por los carburantes un adicional de casi 1.300 millones de dólares. De lo recaudado, 500 millones iban a cubrir los costos de la medida (aumento de salarios, bonos, etc), mientras el saldo de casi 800 millones se distribuía entre las petroleras (60%) y el gobierno de Evo (40%)

Plataformaenergetica.org (La Paz, 31/08/11).- La elevación de los precios internos de los carburantes podría haber sido la mayor y más eficaz medida para que el gobierno del presidente Evo Morales y las transnacionales petroleras que operan en Bolivia obtengan grandes ingresos. El primero podría haber recibido un beneficio neto anual de más de 300 millones de dólares y las empresas petroleras un adicional de casi 500 millones de dólares, revela una nueva investigación del Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (CEDLA), presentada en el seminario de debate académico y popular realizado este miércoles en la ciudad de La Paz.

El estudio “Gasolinazo: subvención popular al Estado y las petroleras. Análisis de la política económica, fiscal y petrolera” sostiene que los trabajadores y la población consumidora hubiesen sido los grandes perdedores, si el gasolinazo de diciembre de 2010 hubiese prosperado y vencido a la protesta social y laboral.

MILLONARIA TRANSFERENCIA

La investigación revela que, en cifras redondas, la población boliviana debía pagar por el alza del precio de los carburantes (gasolina y diesel) un adicional de casi 1.300 millones de dólares. De lo recaudado, 500 millones de dólares estaban destinados a cubrir los costos de la medida (aumento del 20% en salarios, bonos, etc), mientras el saldo de casi 800 millones de dólares se distribuía entre las petroleras (60%) y el gobierno de Evo (40%).

Estos millonarios ingresos debían provenir del aumento del precio del barril de diesel de 84,5 a 154,4 dólares y del barril de gasolina de 84,9 a 146,9 dólares, ocasionado por la aplicación del Decreto Supremo 748. Por otra parte, la distribución de estos millonarios recursos entre el Estado y las petroleras se sustentaba en la decisión pública de las autoridades gubernamentales para elevar de 27 a 59 dólares el precio interno del barril de petróleo pagado a las transnacionales, como un medio para incentivar el crecimiento de la producción de petróleo.

400% MÁS DE PETROGANANCIAS

De haber tenido éxito en su aplicación y de cumplirse la otorgación del nuevo incentivo, el gasolinazo hubiera permitido elevar en 400% la utilidad promedio de las petroleras, modificando significativamente la distribución de la renta petrolera entre el Estado y las empresas.

“Como consignan los datos de esta investigación, la implementación de un nuevo incentivo a los productores de petróleo habría elevado la utilidad media que las transnacionales perciben por ese producto en un 400%. Por el contrario, habría reducido las rentas estatales por concepto de Regalías e IDH, del 50% que ahora suman, a sólo 39,2%, en el caso de los líquidos”.

“En otras palabras, la medida habría significado un retroceso en la distribución de los excedentes petroleros a condiciones parecidas a las prevalecientes antes de la Ley 3058; es decir, a las condiciones vigentes en el neoliberalismo”.

“La gravedad de ese resultado reside, además, en que marcaba las pautas de la orientación que podría tomar la nueva reforma sectorial por parte del Gobierno, en el contexto de su acercamiento al capital extranjero y de las amenazas que plantea el creciente déficit de energía en el país”, advierte el estudio.

EN LA SENDA NEOLIBERAL

Según el CEDLA, el gasolinazo podría haber proporcionado nuevos y extraordinarios ingresos, aunque hubiese repetido las viejas fórmulas neoliberales que recurrían a la aplicación de impuestos eminentemente regresivos, que transferían su costo a la población en general y a los trabajadores en particular.

“A la luz de la experiencia reciente, ni siquiera el argumento de que esos nuevos recursos habrían estado dirigidos a financiar inversiones productivas resulta justificable, pues las cifras del gasto fiscal muestran que las prioridades y la orientación del gasto no han variado en los últimos años: la infraestructura y el gasto social concentran los principales gastos, frente a la irrelevancia del gasto en sectores productivos”.

EL FRACASO DE LA NACIONALIZACIÓN

En síntesis, la investigación sostiene que “el gasolinazo resulta ser una confesión de parte sobre el fracaso de la nacionalización; una prueba dramática de la incapacidad de la política reformista para potenciar la capacidad productiva del país y cumplir objetivos trascendentales como la industrialización de los hidrocarburos. Es, en otro sentido, la prueba de que aún dependemos de la decisión de las transnacionales para producir, decisión que sigue determinada por el nivel de ganancias que esperan obtener y no por consideración a las necesidades de la población, desmintiendo la posibilidad de la armoniosa convivencia del capital monopólico con la economía estatal y la economía comunitaria, como postula el socialismo comunitario”.

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