Colombia se contagia de la enfermedad holandesa

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La agresiva inversión en petróleo y minería (Inversión Extranjera Directa) y la sobre explotación de los mismos, trajeron para Colombia la enfermedad holandesa, el principal efecto fue la desindustrialización. Una muestra palmaria de que la inversión extranjera sólo piensa en sus intereses y no en los países donde se asientan. Lea esta nota de Infolatam.

(Especial para Infolatam por Rogelio Núñez)-. Colombiasufre síntomas de la “enfermedad holandesa” (término acuñado en economía para identificar las consecuencias negativas que sufre un país cuando experimenta un crecimiento inesperado en sus ingresos en divisas). combatir sus efectos y derrotarla será uno de los retos del gobierno de Juan Manuel Santos a fin de eludir el destino que han corrido otros países como Venezuela.

Una de las economías más dinámicas y que más alabanzas ha levantado sufre problemas por el aumento de la entrada de divisas destinadas a la explotación de recursos naturales, lo que ha revaludado el peso, dañando la competitividad del resto de sectores económicos dedicados a la exportación.

La teoría económica apunta a que las entradas de capital destinadas a financiar la inversión en las actividades del sector minero-energético desencadenan la revaluación de la moneda y el debilitamiento de otros sectores como la industria y la agricultura, síntomas todos ellos de la enfermedad holandesa.

El diagnóstico

La primera etapa de este fenómeno se abre cuando se producen grandes descubrimientos de petróleo, que dan como resultado fuertes entradas de capitales. Y esa primera etapa ya la vivió Colombia país que entre 2000 y 2010 vio como las exportaciones minero-petroleras se elevaron de 4.500 millones de dólares a más de 23.000 millones.

De forma paralela, la inversión extranjera (IED) se multiplicó por cinco en esos años.

Según el Banco de la República, a mediados de 2012 la IED total era de US$8.566 millones, de los cuales el 85%, iban dirigidas al petróleo y minería.

La revaluación de la moneda es el síntoma de la segunda etapa de la enfermedad holandesa.

Y eso también lo está padenciendo Colombia que en el último año ha visto como el peso colombiano sufría una revaluación de aproximadamente el 19%.

Como señala la revista Semana “el año pasado, el peso colombiano fue la tercera moneda del mundo que más se revaluó frente al dólar (8,85 por ciento), después del esloti polaco (11,37 por ciento) y el forinto húngaro (10,03 por ciento). En América Latina fue la moneda más apreciada, seguida por los pesos de México y Chile (8,42 por ciento ambas)”.

Esa revalución suele traer consigo crisis en el resto de sectores productivos y exportadores (como el café) y un proceso de desindustrialización ya que la industria local no solo es menos competitiva para exportar sino que la importanciones son más baratas que lo producido internamente.

Como explica el analista económico Bernardo Ramírez “esos recursos son invertidos, explotados y luego exportados, con lo que se perciben grandes ingresos. Este hecho causa inmediatamente un efecto negativo en otros sectores productivos que son grandes generadores de empleo. Al mismo tiempo, la masiva entrada de divisas, provoca la revaluación del peso, que inmediatamente traslada ese impacto entre los exportadores que pierden competitividad con sus productos”.

La voz de alarma la lanzó el secretario general y economista jefe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), Pier Carlo Padoan, que afirmó recientemente que en Colombia hay síntomas de la ‘enfermedad holandesa’ en la economía debido al auge del sector minero.

De todas formas, desde 2011 había claros indicios, que el propio presidente Juan Manuel Santosadmitía de forma abierta: “estoy tratando de que lleguen inversionistas diferentes al petróleo y a la minería, porque ya estamos en el preámbulo de la enfermedad holandesa, ya que se está concentrando mucho en esos sectores”.

En entrevista a Portafolio, Padoan señalaba que si bien “Colombia ha tenido un buen desempeño durante la crisis global y nuestras perspectivas se mantienen positivas, pero hay grandes retos … al igual que les ocurre a otros productores de bienes primarios, la tasa de cambio real se ha apreciado. Y pese a que la inflación al consumidor va a la baja, los salarios han subido”.

Y ante la pregunta de si “hay una discusión sobre si el país tiene o no enfermedad holandesa”, la respuesta era clara: “hay síntomas claros, pero sugiero ver el tema en términos dinámicos. El punto es que haya el reconocimiento de que en el largo plazo la estructura y el rumbo económico deben cambiar. Esto es posible, hay políticas, recetas, recursos, pero Colombia sí puede evitar caer en la enfermedad holandesa. Está en el campo de las autoridades económicas hacer algo al respecto”.

Padoan recomendaba en esa entrevista que el Banco Central siga luchando por evitar la volatilidad en el corto plazo, aunque sin perder el horizonte de la necesidad de reformas integrales y profundas en el plano fiscal y para controlar posibles burbujas especulativas. Sobre todo recomendaba mejorar la productividad vinculada a reformas al mercado laboral.

El tratamiento

El ministro de Hacienda colombiano Mauricio Cárdenas ha sido el encargado de poner en marcha el tratamiento para detener la enfermedad.

Ha asegurado que ya está tomado medidas para evitarla: “debe haber menos preocupación con la ‘enfermedad holandesa’, porque se modera el ritmo de crecimiento del sector minero-energético. No será fácil sostener tasas del 15%, vamos a pasar a tasas del 6%, y los precios de los productos que exporta Colombia, particularmente el carbón, tienen una tendencia a la baja por la aparición del gas esquisto”.

Ante las medidas adoptadas por el Banco de la República para atenuar la revaluación ( aumentar hasta 30 millones de dólares diarios la compra de divisas, un aumento del 50 por ciento frente a lo que venía haciendo y reducir la tasa de interés de referencia del banco a 4% -estaba en 4,25-), el ministro aseguró que “la economía colombiana va a una tasa de cambio más competitiva por las mismas condiciones como está funcionando, por lo que pasa también en el sector minero-energético, o por la caída en los precios del carbón”.

En entrevista con el diario El Tiempo Cárdenas anunció el final del boom petrolero porque “el sector minero-energético va a seguir creciendo a tasas altas, pero no necesariamente las del 15 0 20 por ciento que hemos visto en los últimos 20 años. Nos hemos propuesto raspar mejor la olla, pero cada día es más difícil sacar un barril adicional de petróleo. Sí, a no ser que aparezca un gran hallazgo. Y hay otro sector donde hay una gran apuesta, pero todavía no sabemos qué va a pasar, que es el de la minería del oro. Ha habido mucha inversión, pero todavía no ha aumentado la producción”.

De todas formas, admite el riesgo de desindustrialización que padece Colombia “la revaluación es tal vez el principal factor. Pero también es cierto que China, para mantener dinámica su economía, está estimulando a través del subsidios sus exportaciones. Por eso llegan pares de zapatos a 50 centavos de dólar, o pantalones a un dólar. Cuesta menos ese pantalón que el algodón con el que está confeccionado. Por esa vía se acaba inundando al mercado colombiano”.

La “enfermedad holandesa” se produce en un difícil momento político para el país que afronta un año electoral y un proceso de paz con las Farc que demandan más gasto público justo cuando derrotar al mal holandés requiere ahorro y reformas estructurales a veces dolorosas.

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