Javier Llorens – Mario Cafiero (INFOSUR)
Los siderales montos en juego que se esconden en Vaca Muerta.
El contenido del acuerdo entre YPF y Chevron por VACA MUERTA todavía no ha sido dado a conocer. Tampoco se ha informado de los valores de RENTABILIDAD en juego. Es decir el valor de las reservas del yacimiento, de las inversiones comprometidas y de la ganancia esperada. Queremos hacer un aporte para esclarecer esta cuestión tan importante.
• Las cifras del negociado, con los datos de la propia YPF:
Valor de las reservas:
De acuerdo a las cifras publicadas en el portal de YPF, en sus 12.450 km2 de extensión existen reservas de petróleo por 25.000.000.000 barriles de petróleo y 240 trillones de pies cúbicos de gas. Reservas que valuadas a precios de mercado internacional ascienden a la suma de 4.381.042.006.856 dólares, equivalentes a 10 veces el PBI argentino actual.. O sea que cada argentino tiene 109.526 dólares de patrimonio enterrado en el subsuelo neuquino. Y que en cada km2 de VACA MUERTA es posible extraer 351.890.924 dólares de gas y petróleo no convencional.
Rentabilidad del negocio:
YPF firmó un acuerdo al 50% con Chevron para explotar 395 km2 (correspondiente al área que la Presidenta denominó “General Mosconi”), que de acuerdo al decreto 1208 del Gobierno de Neuquén se van a invertir 16.506.000.000 dólares en un concesión que se prorroga hasta el año 2048.
La cuenta aproximada es simple:
Valor petróleo y gas (395 km2 x 351.890.924 U$S/km2) = 138.996.915.077 U$S
Menos inversiones = 16.506.000.000 U$S
Ganancia Esperada = 122.490.915.077 U$S.
Ganancia Chevron 50% = 61.245.457.538 U$S.
• Las cifras del negociado, con los datos de la agencia Reuters:
Valor de las reservas:
De acuerdo a sendas notas publicadas por Ámbito Financiero (“YPF trabajará en Vaca Muerta un campo con 316.000 M de barriles de petróleo”, 24-7-13; “YPF II: las apuestas sobre Vaca Muerta”, 25-7-13) basadas en un cable de la agencia REUTERS fundamentado en información interna proveniente de YPF, los números de rentabilidad podrían ser los siguientes:
En los 7.400 km2 útiles de concesión útiles extensión existen reservas de petróleo por 66.000.000.000 barriles de petróleo y 700 trillones de pies cúbicos de gas.
Reservas que valuadas a precios de mercado internacional ascienden a la suma de 12.115.202.500.000 dólares. Equivalente a 28 veces el actual PBI argentino.
O sea que cada argentino tiene –en base a estas estimaciones de Reuters- 302.880 dólares de patrimonio enterrado en el subsuelo neuquino. Y que en cada km2 de VACA MUERTA es posible extraer 1.637.189.527 dólares de gas y petróleo no convencional.
Rentabilidad del negocio:
En base a esta estimación de reservas las cifras para el acuerdo al 50% que YPF firmó con Chevron para explotar 395 km2 y que de acuerdo al decreto 1208 del Gobierno de Neuquen se van a invertir 16.506.000.000 dólares en un concesión que se prorroga hasta el año 2048.
Valor petróleo y gas (395 km2 x 1.637.189.527 U$S/km2) = 646.689.863.176 U$S
Menos inversiones = 16.506.000.000 U$S
Ganancia Esperada = 630.183.863.176 U$S.
Ganancia Chevron 50% = 315.091.931.588 U$S.
O sea la ganancia de Chevron en un caso es de 60.000.000.000 y en otro de más de 300.000.000.000 millones de dólares, una ganancia entre 7 y 38 veces el capital invertido.
O sea que cuando Moshiri de Chevron le ofreció a Galluccio de YPF compartir los esfuerzos y las ganancias en un FIFTY-FIFTY, se refería a que Chevron ponía UN pollo y los argentinos UNA vaca.
• Los vínculos societarios entre Schulemberger (ex empleador de Gallucio) Y Chevron:
Al analizar estos siderales números surge la vehemente sospecha si el CEO Miguel Gallucio, ex ejecutivo de la multinacional prestadora de servicios petroleros Schulemberger, que fue importado por el actual gobierno desde Inglaterra tras la reestatización parcial de YPF a principios del años pasado, está al servicio de los intereses de YPF y el país. O de Chevron y las grandes petroleras extranjeras.
La sospecha se agiganta si uno coteja quienes son los accionistas principales de ambas compañías. Encontrándose que son casi los mismos para ambas compañías. Revelando así una comunidad de intereses que pone en tela de juicio la compatibilidad de Gallucio, ex alto ejecutivo de Schulemberger, para intervenir en ese descomunal negocio.
De el informe surge que los accionistas comunes de ambas compañías detentan un valor accionario de u$s 81.160 millones. Que equivale al 73 % del valor accionario de los principales accionistas de ambas compañías, que trepa a u$s 111.134 millones. En el caso de Chevron, con accionistas comunes con Schulemberger por un valor accionario de u$s 56.470 millones, ello representa el 74 % de los principales accionistas de Chevron, cuyo valor accionario trepa a u$s 75.834
• El comportamiento de Chevron en la Argentina
Por último analizamos cual fue la performance de Chevron en la Argentina desde el 2003 y ha sido “Yo, la peor de todas”, dado que la producción de Chevron en Argentina se hundió en un abismo desde el 2003 en adelante.
Chevron fue un gran contribuyente al actual déficit energético, al pasar su producción de petróleo de 4,64 millones de m3 en el año 2001, a solo 736 mil m3 en el año 2012, con una caída del 84 %. Y en cuanto al gas natural los registros son aun peores, ya que pasó de 1,37 miles de millones de m3 en el año 2003, a solo 131 mil miles de m3 en el 2012, con una caída del 87 %. Esta descomunal caída no solo descalifica a Chevron para cualquier clase de convenio, sino que también descalifica la errática política energética del actual gobierno. O mejor dicho la total ausencia de ella en función de las necesidades del país.
Por último, el hecho de que la Presidenta haya denominado al área otorgada a Chevron “General Mosconi”, para encubrir con un barniz nacionalista este descomunal negociado en contra del país, constituye una tremenda injuria a dicha notable y honesta personalidad. Que lejos de firmar convenios con la Standar Oil, hoy Chevron y Exxon, llevó adelante una durísima y audaz guerra comercial contra esas compañías norteamericanas, y la SHELL inglesa. Las mismas que hoy se preparan junto con otras compañías vinculadas, para hacerse un festín en Vaca Muerta.