El vice primer ministro encargado de la Energía iraquí, Hussein Chahristani, denunció el sábado la intención de la provincia autónoma del Kurdistán iraquí de exportar su petróleo de manera independiente con respecto a Bagdad.
Este asunto ha generado una verdadera batalla desde hace varios meses entre el gobierno central y la provincia del Kurdistán. Bagdad considera que las fuente energéticas de la región pertenecen a todo el país, mientras que los kurdos iraquíes de esta provincia aspiran a tratar directamente con las grandes empresas petroleras internacionales.
“No hemos alcanzado un acuerdo nacional sobre la extracción y la comercialización del petróleo en el conjunto del territorio iraquí”, se lamentó Chahristani durante una reunión sobre la evolución del sector energético en el país.
“La situación con el Kurdistán permanece todavía bloqueda (…) Existe una zona difusa, puesto que no sabemos cuánto petróleo se extrae en la región, a quién y a qué precio se vende, y quién disfruta de esos beneficios” añadió.
En 2013, Irak produjo una media de 3.070.000 barriles diarios, según la Agencia Internacional de Energía (AIE). La venta de petróleo representa el 95% de los ingresos gubernamentales y casi dos tercios del PIB de todo el país.
En enero, el gobierno iraquí amenazó con boicotear a las empresas turcas y anular los contratos existentes si el petróleo kurdo es exportado al exterior vía Turquía sin su aval. Existe un proyecto entre Ankara y el Kurdistán para la construcción de un nuevo oleoducto capaz de bombear el equivalente a 300.000 barriles diarios.
El vicepresidente estadounidense Joe Biden se entrevistó por teléfono el viernes con el presidente del Kurdistán, Massud Barzani, para tratar este asunto. Ambos “confirmaron la necesidad de llegar a un acuerdo entre el gobierno regional del Kurdistán y el central iraquí sobre las exportaciones energéticas y el reparto de los ingresos” económicos provenientes de éstas, según la Casa Blanca.