Juan Ramón Baliñas/Mundiario
Se ha publicado, y leído, mucho el libro titulado “Capital in the Twenty-first Century” (El Capital en el siglo XXI) del brillante economista Thomas Piketty, nacido en Cliché, Francia en el año 1971. Un libro todavía ni traducido ni publicado en España. Se espera que la editorial mexicana Fondo de Cultura Económica, especializada en libros de economía, lo haga a finales de año.
En la edición inicial, en francés, tiene 970 páginas. La edición inglesa de 50.000 ejemplares se ha agotado en Amazón. El libro no deja indiferente a ningún economista del mundo, sean socialdemócratas o neoliberales. No obstante hay opiniones para todos los gustos. Desde las cátedras universitarias de los Estados Unidos, del este al oeste del país, los economistas conservadores, de derechas, están estos días dedicados a atacar los argumentos del profesor Piketty.
Utilizan pocos argumentos consistentes para rebatir las ideas del brillante economista de actualidad, algunas de ellas rozan la pobreza argumental y muchas otras faltan descaradamente al llamarle: rojo, peligroso comunista, un extranjero comunista, de ideas antiamericanas, o simplemente ”francés”. Es todo su argumentario. Por el contrario, en las universidades más progresistas los economistas han valorado muy positivamente las ideas de Thomas Piketty. Lo que parece claro es que Thomas Piketty ha puesto el dedo en la llaga sobre muchas cuestiones a las que nos está llevando el sistema capitalista en la actualidad.
Claro está que estas ideas no gustan a los neoliberales. No conciben que se pueda tocar el caudal de los ricos herederos, ni poner coto a los desmanes de los presidentes de las diversas empresas financieras en los distintos centros de dinero mundiales. Pero claro, las desigualdades sociales en el mundo están aumentando considerablemente desde la mitad del siglo pasado.
-Thomas Piketty fue un estudiante de economía muy precoz, a los 22 años leyó su tesis doctoral preparada en la London School of Economics, que trataba acerca del “Ensayo sobre la redistribución de la riqueza”. Durante dos años dio clases en el MIT (Instituto Tecnológico de Massachussets). A su regreso a París fue director del EHSS (Escuela de Estudios Sociales) y más tarde, su cargo actual, nombrado presidente de la Escuela Económica de París. Se especializó en estudios sobre la desigualdad, relacionando estadísticas históricas. Analiza la distribución de la riqueza en 20 países del mundo desde la Revolución Industrial hasta nuestros días.
El libro es un compendio de estadísticas, cuadros, gráficos, de diversos países del mundo, entre otros, Francia, Estados Unidos, Canadá, Japón, Reino Unido, Suecia, Alemania, etc. Un tremendo trabajo de 15 años junto a sus colaboradores que aparece en el momento de mayor crisis económica desde el crack de 1929. Un momento en el que arrecian en el mundo las desigualdades sociales. Hasta en Rusia, después del comunismo, ha aparecido una oligarquía que controla la economía del país. Un documentado trabajo sobre capitalismo y desigualdad social, para llegar a argumentar acerca de las desigualdades en el mundo.
En su libro Thomas Piketty expone, argumenta y concluye con los siguientes puntos:
1) El Capital genera riqueza, pero no corrige los aumentos de la desigualdad. Distingue entre beneficio empresarial, que tiene una utilidad social y las renta de herencias, que no la tienen. El aumento de la desigualdad se acelera porque el retorno neto del capital es mayor que el crecimiento económico. Relaciona la riqueza de una sociedad y la Renta Nacional de la misma. El valor generado por el Patrimonio de una nación (lo define como “r”) y el creado por el trabajo, la Renta Nacional del país (lo define como “g”). Thomas Piketty dice que no es constante, concluye que r>g, rendimiento de capital mayor que la tasa de crecimiento económico.
2) El crecimiento de la economía tiende a disminuir conforme aumenta el beneficio de la industria. Entonces aumenta el ahorro al pagar menos impuestos. Los ricos gastan menos.
3) Expone que la concentración de la riqueza es consecuencia del tiempo y del azar y que recala en las manos de los ricos. Con el capitalismo actual la riqueza heredada siempre tiene más valor que la riqueza que un individuo pueda acumular en toda su vida. Los ricos son cada vez más ricos, los pobres cada vez más pobres. La riqueza se concentra, los hijos de los ricos más ricos que sus padres. La renta del resto crece menos. Cuando por herencia se transmite la riqueza, la sociedad es más indeseable que si la riqueza se alcanza por los beneficios de los emprendedores. La concentración extrema de la riqueza amenaza los valores de meritocracia y justicia social en las sociedades democráticas. La Sociedad es indeseable cuando los ricos tienen una gran influencia económica, cultural y social. El Capitalismo es incompatible con la democracia y la justicia social.
4) Las dos guerras mundiales contribuyeron a la redistribución de la renta y la riqueza, pero desde 1970, más tarde con la caída del muro y la llegada de los neoliberales al poder, las desigualdades sociales han aumentado. Vuelta en el siglo XXI a la desigualdad social, se acentúa las diferencias en la renta de los trabajadores. El mundo tiende a volver a una situación similar a la anterior a la Primera Guerra Mundial, economía en el mundo dominada por una oligarquía de riqueza heredada.
5) La solución es subir los impuestos a los grandes patrimonios en todo el mundo para lograr una redistribución de la renta y la riqueza. Piketty marca fuertes impuestos a los ricos. Hasta el 80% en las rentas superiores a un millón de dólares y entre el 50-60% para las de 200.000 $. Además un gravamen del 10% sobre el patrimonio, para lograr con ello aumentar el Gasto Público hasta el 66% del PIB. El Premio Nobel de Economía, Paul Krugman, no repara en elogios del economista francés: “El libro de Piketty revoluciona nuestra manera de abordar las disparidades económicas, poniendo a los ricos en el centro del debate”. “Va a cambiar la manera en la que pensemos nuestra sociedad y la economía”.