Perú emprende la infraestructura más cara del Gobierno de Humala

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El Gasoducto del Sur, de 1.000 kilómetros, se adjudica por 7.300 millones.

Jacqueline Fowks/El País

Tres años después de ser elegido presidente de Perú, Ollanta Humala va a poder cumplir con una de sus principales promesas de campaña, la de abaratar el precio del gas en el sur del país. La brasileña Odebrecht y la española Enagás recibieron el lunes la adjudicación para construir el Gasoducto del Sur y explotarlo durante 34 años por 7.328 millones de dólares.

La obra tendrá 1.000 kilómetros, supone una inversión de 3.600 millones de dólares y debe servir para tender una red de gas residencial para una población de unas 600.000 personas en los Andes y en la costa meridional y abastecer dos centrales termoeléctricas en construcción, gestionadas por empresas extranjeras. Esa zona sur, donde está el mayor complejo gasífero del país, el de Camisea, es también donde el precio del combustible es más caro. El gas parte desde allí hacia la costa central por el único gasoducto que existe y luego retorna a los cinco departamentos más próximos a Camisea transportado en vehículos. Con el nuevo gasoducto, se crearán unos 5.000 puestos de trabajo —la mayoría, temporales— y se abaratará el gas para esta zona, uno de los bastiones electorales de Humala. Se prevé que esté operativo en 56 meses, casi cinco años.

El proyecto del Gasoducto del Sur indica que las áreas de influencia de la infraestructura son también Puno, el departamento en la frontera con Bolivia; Tacna, en la frontera con Chile, y Apurímac, la sexta región más pobre del país, con un 43% de la población en esa condición. Apurímac, además, se convertirá a medio plazo en la región con mayor producción de cobre del país —en minas operadas por empresas chinas— y por ello podría aumentar la demanda energética.

La nueva infraestructura además pretende mejorar la seguridad energética: algunas instalaciones de la zona del gasoducto ya existente han sufrido ataques de Sendero Luminoso, que ha secuestrado trabajadores y vandalizado helicópteros. El exministro de Energía y Minas Carlos Herrera Descalzi explicó a EL PAÍS que “la producción eléctrica [originada por las nuevas termoeléctricas] se distribuirá en todo el país, dado que la demanda en el sur y el norte no es suficientemente atendida. El sector eléctrico conoce de baches estacionales porque buena parte de la producción es hidroeléctrica [y depende de las lluvias], algo más del 50%”.

El ministro de Energía y Minas, Eleodoro Mayorga, calcula que con esta obra 600.000 personas tendrán acceso al gas en sus hogares. Sin embargo, Herrera Descalzi, actual decano del Colegio de Ingenieros del Perú, precisa que la demanda en las regiones del sur “es casi insignificante” y, de acuerdo a la experiencia en Lima, que se abastece de Camisea, dos tercios del gas se destinan a la producción de electricidad y solo un tercio es gas para las casas y los medios de transporte.

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