Justo Zapata/Director DIPGIS/UMSA
Yo pensé que el tema de las reservas de gas iba ser el tema más debatido en el proceso electoral de octubre de 2014, pero no fue así.
El ex ministro de Hidrocarburos del gobierno de Carlos Mesa, Álvaro Ríos, fue contratado por el Movimiento sin miedo (MSM) para ver cuánto iban a durar las reservas de gas y llegó a la conclusión de que las reservas de gas durarían hasta el 2017. Fue un estudio realizado a finales del 2013.
Otros datos de la Fundación Milenio, que estaba ligada al MNR en el periodo neoliberal, establecen que el año 2017 se equilibrarán la oferta con la demanda.
En otras palabras, se están acabando las reservas de gas en Bolivia. A principios de este año el gobierno publicó datos oficiales en los que también se demuestra que las reservas están cayendo.
Pero eso no es todo.
Ante la disminución de las reservas, en septiembre de 2013, el gobierno propuso que no se paguen regalías ni impuestos por el lapso de 3 a 5 años, en los campos que se vayan a descubrir para incentivar a la inversión extranjera en exploración (Fuente Página Siete del 10 de septiembre de 2013).
Es decir, el mensaje del gobierno y la Fundación Milenio es que las reservas se están acabando y de esta manera hay que incentivar a las petroleras para que empiecen a invertir en exploración.
Se vienen dando pasos concretos para beneficiar a las petroleras. Por ejemplo ya hay un acuerdo que se ha logrado al interior de la Asociación de Gobiernos Municipales, quienes aceptaron la propuesta del presidente a.i. Carlos Villegas referente a diferir el pago de regalías e IDH con el fin de que estos recursos sean utilizados para exploración.
Es decir, tanta oposición como oficialismo están coincidiendo en que no hay reservas y que hay incentivar a las petroleras incluso con el no pago de las regalías e IDH. Nadie se había atrevido a pedir la postergación de estos pagos ni siquiera durante el gobierno de Goni.
En la universidad pública todos nuestros proyectos de inversión, equipamiento e investigación están en base al IDH. De alguna manera este tema iba a ser muy espinoso en la campaña y no se lo tocó, no sabemos si con un acuerdo explícito o implícito sobre el asunto.
Desaparición de las reservas
Antes de la capitalización de YPFB, las reservas estaban en sus niveles más bajos pero después de la capitalización (1994) se disparan las reservas probadas (ver cuadro). Tómese en cuenta que son reservas certificadas.
Las reservas llegan a su máximo tope el año 2012 y después de la Guerra del Gas (octubre de 2003) comienzan a caer, como si los datos de las reservas fueran influidos por eventos políticos.
Es decir, en términos generales la certificación de 2004 daba cuenta que Bolivia posee 26.7 Trillones de Pies Cúbicos de gas natural (TCF, por su sigla en inglés). Después no se habla más de las reservas hasta el 2009 cuando caen en dos tercios.
En otras palabras, las reservas probadas certificadas por la De Golyer And MacNaughton son de 26.7 TCF, mientras que las reservas probadas certificadas por la Ryder Scott son de 12 TCF. La diferencia es de 14.7 TCF, eso en dinero significan ¡150 mil millones de dólares!
Una explicación técnica insuficiente
He tratado de indagar a qué se debe esta caída abrupta de las reservas. Ustedes escuchan a los expertos que dicen que simplemente se trata de otra manera de calcular. Sin embargo, esto no explica tal magnitud de la disminución de reservas.
El experto del CEDLA Carlos Arce, en un seminario realizado en la ciudad de Camiri, nos explicó que las reservas de gas natural disminuyeron en más de 2 tercios, mientras que en petróleo y condensados la caída también es significativa.
Esto no se explica con la mayor exportación o consumo interno o simplemente otra forma de calcular las reservas probadas.
En base a los datos de Arce, si calculamos las reservas de gas y condensados en una medida energética veremos que la caída llega más o menos a un 65 por ciento.
Sobre la misma fuente, esta vez comparando los datos de las citadas certificadoras las reservas de hidrocarburos de 2004 y 2009, caen en todas las empresas. Por ejemplo, en Petrobras sus reservas caen en 66 por ciento, de TOTAL en 68%, de REPSOL en 63% y así sucesivamente. De una manera rara las reservas probadas que teníamos por el 2003 a cargo de todas estas empresas se caen sistemáticamente.
¿Me pregunto por qué no nos hemos dado el trabajo de ver qué es lo que ha sucedido el 2005 con las reservas?
Por una parte se intenta justificar con el hecho que las empresas utilizaron una nueva manera de calcular las reservas, pero una nueva manera de calcular no puede implicar una reducción de semejante magnitud. ¡Estamos hablando de más 150 mil millones de dólares! Este hecho debería provocar peticiones de informe en el Legislativo, de gobernaciones, municipios, universidades y otras instituciones, pero pasó totalmente inadvertido y la intención de esta exposición es llamar la atención sobre qué pasó con las reservas.
Para intentar justificar esta opinión de las transnacionales una certificadora dio la siguiente explicación: “En efecto, con anterioridad, desde 1997, la certificadora hacia uso del “modelo petrofísico”, pero desde el 2005 determinó aplicar un nuevo modelo petrofísico basado en “estudios regionales de campos devónicos en Bolivia y Argentina”, y uno de ellos que se denomina “Caracterización Petrofísica de Areniscas Devónicas Naturalmente Fracturadas del Sector Sub andino Boliviano”, elaborado por Juan Carlos Glorioso, del Departamento de Geología de Repsol–YPF, Madrid.
Para empezar Juan Carlos Glorioso es un empleado de REPSOL, empresa con fuertes intereses en Bolivia. Si esta explicación hubiera sido dada por un premio Nóbel tal vez podríamos haberla dejado pasar. Pero no, viene de un empleado de la Repsol.
Si ustedes recuerdan hubo una campaña millonaria para convencer a los bolivianos que teníamos reservas para 290 años. Eso nos decían el año 2000 para impulsar la exportación del gas a los mercados externos.
Hoy nos dicen que nuestras reservas no llegarán a los 10 años. Son cosas que no sé cómo podemos tolerar los bolivianos. Cómo podemos soportar que las empresas transnacionales inflen y desinflen las reservas en función de sus intereses.
Aquí lo concreto es que nos han inflado las reservas desde el principio o nos las están desinflando desde ahora porque no tenemos el control operativo de los campos. YPFB no controla ningún campo, es una obligación nuestra afirmar que necesitamos un YPFB operativo que evite la discrecionalidad de las transnacionales con nuestros recursos naturales.
(Ponencia presentada en la XII Cátedra Libre Marcelo Quiroga Santa Cruz, Paraninfo de la UMSA, miércoles 26 de noviembre 2014)