El músico inglés aludió a Trump y a los normalistas desaparecidos: En el Foro Sol, Roger Waters rechazó la construcción de muros

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Jorge Caballero/Periódico La Jornada

El universo musical de Roger Waters se desplegó en el Foro Sol de la Ciudad de México, se contrajo y se volvió a desplegar para el gozo visual y sonoro de unos 58 mil fanáticos que llegaron a la homilía sideral que el ex Pink Floyd ofreció anoche, iniciando con el espectáculo desde El lado oscuro de la Luna, para convertirla en la cara más luminosa y sonora.

El bardo de melena grisácea inmediatamente puso orden al caos colectivo e inició el recorrido de su medio siglo de caminar el surco del rocanrol; ahora, poniéndole imágenes a su probada música en una pantalla envolvente a la que nadie pudo permanecer ajeno.

Después de media hora de recital, la sentencia estaba dictada: nadie podía regresar del delicado trance en que Waters había colocado al público; lo mejor es que todos querían prolongar ese gozo. El tiempo por un instante se tornó lineal y no circo; pareció eterno.

Luego las notas de míster Waters y compañía fundieron el paisaje lunar con el agazapado cielo de la Ciudad de México.

Después pasó al lado más mundano del Dinero, claro, con su carga de crítica a la sociedad de consumo, en las imágenes de una poderosa pantalla, donde las guitarras chillaron indelicadamente; no pudo ser de otra forma.

Bajita la mano, se estaba echando todo el Dark Side of the Moon. La rola que siguió fue Us and Them, con iguales resultados embrujantes/subyugantes, a los que todos se arrojaron de innumerables formas, y en la que Waters hizo una reivindicación a Palestina, con el colofón: “Bienvenido amigo”.

Palabras más, palabras menos: “No queremos un pinche muro que te separa de tu hermana, de tu hermano, de tu primo… y esta es para Syd Barrett”: Waters soltó Shine on You, Crazy Diamond.

El desenfreno musical prosiguió con Welcome to Machine. A la rola atesorada colectivamente se sumaron las imágenes que complementaron la lírica de los temas más encabronadamente progresivos de Waters y compañía, que se disfrutó con el sonido envolvente en todos los rincones del inmueble.

Llegó Wish you Were Here, y las pantallas de los celulares inundaron el Foro Sol. El bardo de melena grisácea llenó con su canto todos los rincones del lugar y acarició la retina con su ajado rostro acompañado con un paisaje crepuscular.

El escenario se trasformó en una gran fábrica para dar paso al disco Animals; para entonces todos estaban en un estado de fruición musical que por un momento dio la sensación de estar en otro plano de la realidad.

Fiel a su combatividad, Roger Waters lanzó un cerdo aerostático que deambuló con la frase: “Fue el Estado”, en franca alusión a los normalistas desaparecidos de Ayotzinapa.

Lo juntó con imágenes de Donald Trump vestido de miembro del Ku Klux Klan y frases como: “Obama es un fraude”, “no necesitamos un muro”, contra el calentamiento global y la palabra “PENDEJO”, vitoreada por los 58 mil asistentes, por supuesto, el colofón a la canción The Wall.

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