Suspende la medida por seis meses. Gobierno francés da marcha atrás en el aumento al precio de combustibles

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La Jornada

Los “chalecos amarillos” advierten que no se conformarán con migajas y convocan a más protestas en París

París. El gobierno francés, que encabeza Emmanuel Macron, suspendió por seis meses el incremento en el precio de los combustibles y otros impuestos a servicios, en un intento por salir de la crisis social provocada por las protestas del movimiento de los “chalecos amarillos”, que han derivado en disturbios; sin embargo, las medidas fueron consideradas insuficientes por los inconformes que convocaron a nuevas marchas.

Ante las peores expresiones de violencia que se recuerden en décadas, el primer ministro Edouard Philippe dio marcha atrás a la medida que iba a entrar en vigor el primero de enero. También se suspenderá el alza al gas y la electricidad, así como los planes de aumentar los controles de seguridad vehicular, señaló.

“Ningun impuesto merece poner en peligro la unidad de la nación” dijo Philippe al anunciar la primera gran retractación del gobierno del presidente Emmanuel Macron tras 18 meses en el cargo.

Philippe declaró que habría que estar “ciego o sordo” para no ver o escuchar la ira en las calles por una política que Macron ha defendido como fundamental para combatir el cambio climático.

“Los franceses que han vestido ‘chalecos amarillos’ quieren que bajen los impuestos y que su trabajo rinda. Eso queremos nosotros también. Y si no conseguimos explicarlo, si la mayoría gobernante no logró convencer a los franceses, entonces algo debe cambiar”, dijo Philippe en un discurso televisado.

Agregó que en los seis meses se discutirán otras medidas para ayudar a trabajadores más desfavorecidos que dependen del transporte en vehículos para llegar al trabajo e ir a las tiendas.

Varios funcionarios insinuaron más temprano la posibilidad de subir el salario mínimo, pero Philippe no hizo este compromiso.

Advirtió a los ciudadanos que no pueden esperar mejores servicios públicos pagando impuestos más bajos, por lo que es necesario que ambas partes hagan concesiones.

Pese a los anuncios, es poco probable que se ponga fin a los bloqueos y se esperan nuevas movilizaciones este fin de semana en París.

“Es un primer paso, pero no nos conformaremos con migajas”, señaló Benjamin Cauchy, uno de los líderes de los “chalecos amarillos”.

Eric Drouet, uno de los voceros del movimiento, llamó a los franceses a “regresar a París” el sábado y congregarse “cerca de los lugares del poder, los Campos Elíseos, el Arco del Triunfo y la Plaza de la Concordia”, frente a la Asamblea Nacional.

Inicialmente, el movimiento de los “chalecos amarillos”, que comenzó el 17 de noviembre, se centró en denunciar la reducción del poder adquisitivo provocada por los impuestos a los combustibles que planteó Macron.

Las protestas se han convertido en un levantamiento general contra Macron, quien es acusado de adoptar políticas que favorecen a los ricos, sin hacer nada por los pobres. Algunos grupos violentos minoritarios exigen la salida del mandatario.

El movimiento recibe el nombre de los chalecos fosforescentes que utiliza todo automovilista en Francia en caso de un accidente de tránsito, es amplio, difuso y no está impulsado por ningún partido o sindicato. Desde mediados de noviembre han bloqueado carreteras y sus manifestaciones se han tornado violentas. En estos días se unieron a su protesta paramédicos y estudiantes.

Los “chalecos amarillos” organizan sus acciones a través de las redes sociales y en su primera protesta convocaron a unas 300 mil personas en todo el país.

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