Citgo, la filial estadounidense de la compañía petrolera Pdvsa, es el corazón de la batalla política entre Nicolás Maduro y Juan Guaidó. La empresa, poco conocida por el público general, ha sido esencial para la supervivencia del Gobierno Maduro.
La guerra entre la gobernabilidad en Venezuela no se juega únicamente en el plano diplomático. Si Juan Guaidó, el proclamado presidente interino del país que desafía a Nicolás Maduro, puede jactarse de un despliegue creciente de apoyos internacionales, entre los cuales se encuentra Francia que reconoció su legitimidad el lunes 4 de febrero, el final de esta lucha de poder podría perfectamente depender de una empresa desconocida por el público general: Citgo.
Desde el comienzo de la crisis política, los dos bandos se apresuran por asegurar el control de esta filial estadounidense de la compañía petrolera pública venezolana Pdvsa. Washington se afanó en prohibirle a Citgo, desde el martes 29 de febrero, desembolsar dinero a su casa matriz bloqueando sus cuentas bancarias en Estados Unidos. Por su lado, Juan Guaidó prometió reemplazar los dirigentes de la refinería. Por otro, Nicolás Maduro juró rebatir por todos los medios posibles lo que calificó como “robo de Citgo por parte de Washington”. Incluso Rusia, que tiene un interés financiero en esta empresa situada en Houston, se alzó en contra las maniobras norteamericanas.
Citgo, canasta de dólares del chavismo
Con sus 3.500 empleados, sus aproximadamente 5.000 estaciones de servicio sobre suelo estadounidense y sus tres refinerías, Citgo es desde hace mucho tiempo la imprenta de billetes y la salvación del régimen chavista. La empresa ya era una máquina de lucro mucho antes de pertenecerle a Venezuela, desde cuando todavía se llamaba Citi Service & Co.
Fue fundada en 1910 por el empresario estadounidense Henry Doherty, quien la transformó en un pequeño imperio petrolero tras haber descubierto yacimientos de oro negro en los alrededores de El Dorado, en Kansas. Una bendición que le permitió a Citgo volverse una de las diez empresas petroleras más importantes de Estados Unidos durante los años 80.
Pdvsa echó mano de esta joya en 1990, lo que abrió el mercado estadounidense al petróleo venezolano. Citgo se volvía entonces la refinería y distribuidora exclusiva de oro negro exportado por Caracas. Tras su ascenso al poder en 1999, Hugo Chávez puso rápidamente al día la filial petrolera nacional, transformando a Citgo en una canasta de dólares para financiar sus programas sociales.
La degeneración continua de las relaciones diplomáticas entre Washington y la Venezuela chavista nunca afectó los negocios de Citgo. Irónicamente, a través de las importaciones de petróleo venezolano, Estados Unidos le ayudó a Hugo Chávez y luego a Nicolás Maduro a llevar a cabo sus políticas, de las cuales sin embargo la Casa Blanca era uno de los principales detractores.
En efecto, con el paso del tiempo, la economía venezolana se volvió cada vez más dependiente de su preciado hidrocarburo. Pero las exportaciones de petróleo hacia Rusia o China “sirven, esencialmente, para pagar los intereses de las deudas que Caracas contrajo con estos países”, recuerda el periódico argentino ‘La Nación’. Entonces, los ingresos pagados por Citgo a su casa matriz “eran las únicas fuentes regulares de dinero para mantener funcionando la maquinaria del estado venezolano”, explicó Ivo Hernández, un politólogo venezolano interrogado por la cadena de noticias alemana ‘Deutsche Welle’.
La empresa importa 175.000 barriles del crudo venezolano por día, es decir un quinto de las exportaciones mundiales de Pdvsa, según los datos de KBC Advanced Technologies, un gabinete de consejo que trabaja para Citgo.
¿49 % de Citgo para Moscú?
La filial estadounidense de Pdvsa también representa otra ventaja para Nicolás Maduro: es el único activo de un país en ruina económica que todavía posee un valor ante los ojos de los mercados financieros. Venezuela “lo ha utilizado una y otra vez como garantía para obtener préstamos. La situación actual es similar a la del propietario que habría acumulado tres hipotecas sobre su casa””, señala Russ Dallen, director general de Caracas Capital, un banco de inversiones especializado en los países de América Latina, interrogado por la agencia de prensa McClatchy DC Bureau.
Rusia, por ejemplo, es virtualmente propietaria del 49% de Citgo si Pdvsa no logra devolverle a Moscú el dinero prestado, lo que explicaría por qué el Kremlin se interesa tanto en la batalla por el control de la refinería estadounidense.
“Ante la falta crónica de dinero, Venezuela venderá su petróleo a un precio irrisorio”
Es difícil imaginar cómo el régimen de Nicolás Maduro podría lograr sobrevivir a la pérdida de un activo como Citgo. “Todo depende de la velocidad a la cual Pdvsa pueda encontrar compradores –Rusia, Irán, China– para adquirir el petróleo que el gigante ya no podrá venderle a Estados Unidos”, anota Günther Maihold, especialista en América Latina del Instituto alemán de asuntos internacionales de Berlín, interrogado por la Deutsche Welle.
Algunos aliados de Caracas, como China, ya se estarían frotando las manos, porque “saben que Venezuela, ante la falta crónica de dinero, venderá su petróleo a un precio irrisorio”, explica Paola Rodríguez-Masiu, especialista en Venezuela para el gabinete del consejo Rystad Energy, interrogada por la cadena británica ‘BBC’.
Pero para despojar a Nicolás Maduro de Citgo, Washington y Juan Guaidó deben atenerse a una intensa batalla jurídica. El jefe de Estado prometió rebatir a través de la Justicia toda iniciativa estadounidense de ese tipo, recuerda la agencia de prensa Reuters. Todo cambio en la dirección de Citgo también debe estar validado por Pdvsa, cuyo presidente, Manuel Quevedo, sigue siendo fiel a Nicolás Maduro.
Además, el gigante petrolero también podría decidir privar a Citgo de su petróleo, lo que reduciría considerablemente el atractivo financiero de esta sociedad. Es por esto que Juan Guaidó insistió que no buscaría simplemente cambiar la dirección de Citgo sino que querría también limpiar el mando de Pdvsa.
Según el ‘New York Times’, el objetivo de Washington sería que Citgo juegue un papel clave en una reconstrucción petro-económica después de Maduro, tras haberle permitido al régimen chavista perdurar a pesar de la profunda crisis económica.
Este artículo ha sido traducido del original en francés.