Mirko Orgáz García/periodista Hora 25
De cara a los nuevos contratos, Brasil y Argentina buscan bajar más el precio del gas. Se olvida que el gas boliviano es más barato que el LNG que importan estos países. El contrato de venta de gas al Brasil no fue favorable a Bolivia en términos de precios y reservas (Bolivia se quedó sin reservas significativas para su seguridad energética). El contrato benefició al Brasil que dispuso durante veinte años energía barata y disponible para su desarrollo industrial. El gas de Vaca Muerta/Argentina es un proyecto a mediano plazo, le falta inversión e infraestructura para producir y transportar su producción a sus mercados de consumo. El problema central de un nuevo contrato de compra venta de gas al Brasil y Argentina son los precios y la falta de reservas. Lo que debemos hacer con el poco gas que disponemos: utilizarlo para nuestro desarrollo, transitar hacia las energías alternativas, y elevar el precio del gas, en función de su poder calorífico, para aumentar los ingresos.
De cara a los nuevos contratos con Brasil y Argentina, un conjunto de posicionamientos de analistas y autoridades del Brasil y Argentina revela la intencionalidad de bajar el precio del gas bajo el argumento de ser “competitivos”. Esta línea de opinión intenta hacer creer que los precios del gas boliviano al Brasil y la Argentina son elevados respecto al precio del gas en el mercado internacional.
Se utiliza para justificar esta vieja estrategia envíos esporádicos y mínimos de gas shale de los Estados Unidos a la región y gas de Vaca Muerta al Brasil a Chile, vía contratos spots de corta duración, a precios más bajos que el gas de Bolivia, con la muletilla de que los nuevos precios a futuro “no estarán vinculados al petróleo”.
El analista Mauricio Medinaceli, ex ministro de hidrocarburos, sostiene que con Brasil hay un contrato que está a punto de finalizar y que el tema de precios y volúmenes con seguridad será analizado para continuar la venta de gas a Brasil. “Los brasileños no van a querer un contrato muy largo y además van a buscar modificar los precios actuales. Sin duda que se viene un nuevo escenario”. “En cuanto a Argentina el experto explicó que el tema es más complejo debido a que ya cuentan con un importante yacimiento que les da la seguridad de renegociar el contrato vigente y de intentar bajar los precios que actualmente están pagando a Bolivia” (1).
Álvaro Ríos, ex ministro de hidrocarburos, dice: “Lo primero, tenemos que olvidarnos de vender gas natural a un precio vinculado al del petróleo, como lo hicimos durante 20 años a Brasil y casi 10 a Argentina porque éste ya no reemplaza a derivados del petróleo. La competencia ahora es gas con gas: con el gas producido en el Presal de Brasil y en Vaca Muerta de Argentina, y con gas importado de ambos países a un precio más bajo. Esa es la nueva realidad. Para competir en ese mercado tenemos que olvidarnos de los contratos Estado a Estado. Los contratos, las transacciones se dan ahora entre privados, los Estados sólo facilitan acuerdos bilaterales” (2).
El nuevo presidente de Petrobras, Roberto Castello Branco, en base a un documento del ministerio de Minas y Energía, afirma que “examinará el contrato de gas con Bolivia y tiene previsto acompañar la sugerencia técnica de la Empresa de Investigación Energética (EPE), órgano vinculado al Ministerio de Minas y Energía, de reducir a la mitad las compras de gas boliviano. Señala la nueva prioridad de la estatal brasileña será aumentar la producción de petróleo en los campos del presal, para cubrir la demanda del mercado interno de ese país y que el gas boliviano compita en precios con otros importadores a partir del próximo año” (3).
El secretario de Energía argentino, Javier Iguacel, dice: “estamos discutiendo esto porque en dos años ya no vamos a necesitar el gas de Bolivia, ni nada, pero entendiendo que hay un contrato a largo plazo estamos tratando de ajustarlo a algo que sea bueno para los dos países” (4). A su vez, la Secretaría de Energía de Argentina señala, ante la promesa concreta de Vaca Muerta, “buscan sentarse en la mesa y renegociar precios y volúmenes”.
Este conjunto de opiniones oficiales omite que el gas boliviano es más barato que los precios pagados por Brasil y Argentina por el LNG que importan de ultramar y por debajo de un precio basado en el poder calorífico del gas, parámetro que está definiendo actualmente la tendencia de los precios del gas en el mundo.
Veamos.
Mercado global del gas
Cuadro 1: Precios LNG mercado global
(Ver fotografía)
Cabe recordar que el gas al no ser un “commodity” (bien transable) que se comercialice globalmente bajo un mismo criterio, genera distintos precios “regionales” en el mundo y en América Latina, determinados por tipos de contrato, necesidades y cambios de la matriz energética (Japón), políticas de establecimiento de precios en referencia al petróleo pautadas por los países productores de gas, oportunidad de negocios, diversidad de productores, geografía e intereses geopolíticos.
Así en Estados Unidos el precio del gas se determina en el Henry Hub (3.98 el más bajo), en Europa por contratos a largo plazo (10.05 precio medio) y en Asia con precios poco más altos (10.16). América Latina no escapa a estas determinaciones y los precios del LNG que Brasil, Chile y Argentina reciben siempre están por encima del Henry Hub de los Estados Unidos y en correspondencia a los precios del LNG de Europa y Asia (ver cuadro 1)
La tendencia del precio del gas LNG en el mundo, con las diferencias mínimas de precios entre Japón y América Latina, de un tiempo a esta parte, sigue una referencia al precio del petróleo (Brent), al poder calorífico que reemplaza que es un 1/6 del barril de petróleo. Y esta es la demanda central del Foro de Países Exportadores de Gas (FPEG), una organización que tiene más del 70 % de reservas de gas en el mundo y es responsable del 64 % de la comercialización del gas: indexar el precio del gas al petróleo frente a los intentos geopolíticos de bajarlos (5).
Precios del gas boliviano y el LNG
Cuadro 2: precios LNG y Henry Hub
(Ver fotografía)
El cuadro muestra que el precio del gas boliviano (5.2 al Brasil y 6.2 a la Argentina) respecto del LNG que Brasil (9.6) y Argentina (9.8) importan es más bajo. Hay una relación de alrededor del 40% de diferencia, cantidad que no es menor a la hora de hacer la suma para elevar los ingresos fiscales para el país, como veremos más adelante.
La línea azul es el precio del gas boliviano más el costo de transporte puesto en San Pablo de alrededor de los 1.5 dólares (6.7). Con todo, el precio del gas boliviano es más bajo que el precio del LNG que Argentina y Brasil compran para cubrir su déficit energético.
Cabe recordar que el precio del gas boliviano al Brasil se determina por una fórmula ligada a una canasta de fuell cells contaminantes ligadas al precio internacional del barril de petróleo que lo condicionan a estar por debajo del precio LNG, pero por encima del precio Henry Hub (3.2), el más bajo de la región.
Justo Zapata, experto químico en hidrocarburos, considera que si el precio del gas boliviano se equiparara al precio LNG, el país habría recibido por la venta de gas a Argentina y Brasil el año 2018, incluso con un precio de 6.7 puesto en San Pablo, 1737 millones de dólares adicionales (Ver cuadro 3).
Este es el fondo del tema cuando hablamos de precios.
Cuadro 3: Lo que Bolivia deja de percibir
(Ver fotografía)
Venta de gas de Vaca Muerta/Argentina a Chile y Brasil a menor precio
En el marco del mercado global del gas, también se dan contratos spots, de corta duración y volúmenes flexibles, por una multiplicidad de factores. Por ejemplo, las exportaciones de gas de Argentina a Chile y Brasil el año 2018 a menor precio del que paga a Bolivia, que alguna prensa y analistas no explicaron en sus causas.
Esto se explica porque a las petroleras en la Argentina, con un gas subvencionado por el gobierno de Mauricio Macri a 7,50 MBTU, para estimular la producción, no les conviene cerrar los pozos en primavera-verano cuando cae el consumo interno y al no tener capacidad de almacenamiento, tienen que exportar ese excedente a Chile o Brasil a precio de oportunidad, más bajo que el precio del gas boliviano durante períodos cortos.
Es decir: “la Argentina importa el gas boliviano a alrededor de u$s 6 por millón de btu, y a algo más de u$s 10 el GNL para regasificar y el gas que se importa de Chile, porque éste también es GNL que el país trasandino regasifica en una planta construida especialmente después de que se cerró la exportación Argentina. A su vez, el gas que se va a vender a Chile tendrá un precio un poco más bajo que el pagado por la Argentina a Bolivia, porque se trata de gas interrumpible, no firme como el boliviano. Así, se puede estimar que por 4 meses, la Argentina exportará gas a Chile a un precio de alrededor de u$s 5, mientas desde julio y hasta esta semana, le compró a ese país unos 1,7 millones de metros cúbicos diarios por más de u$s 10” (6).
Sin explicar las causas de estos precios, se utiliza esta venta de gas de Vaca Muerta al Brasil y Chile para intentar justificar la política orientada a bajar más los precios del gas de Bolivia, de cara a la (re) negociación de los contratos de venta de gas al Brasil y Argentina.
Inducir a los precios Henry Hub
Otra forma de bajar los precios del gas es inducir a tomar los precios Henry Hub, los más bajos en la región.
A pesar de la existencia de un mercado global del gas y con un LNG que sigue la tendencia de los precios del petróleo, los Estados Unidos y sus transnacionales, a partir de su importante producción gasífera, buscan imponer el precio Henry Hub en los mercados del mundo con el fin de bajar y controlar los precios del gas desde sus intereses, afectando la economía de los países productores de gas como Rusia, Qatar e Irán.
En América Latina, el boom de la producción estadounidense en gas y petróleo y la necesidad de vender la producción gasífera sobrante desarrolló “el apetito” de las empresas norteamericanas por los mercados latinoamericanos y ha propiciado la estrategia norteamericana de imponer precios Henry Hub, en ciertas áreas de la región.
Dos países siguieron esta estrategia, Bolivia y Perú, debido a malas e inadecuadas negociaciones que encararon sus élites y gobiernos antinacionales.
El proyecto Pacific LNG del año 2001, liderado por las transnacionales y apoyado por los gobiernos “neoliberales”, tenía como finalidad vender gas por Chile a los Estados Unidos (y a Chile) durante 20 años a bajos precios, establecido en referencia al Henry Hub. A todas luces un mal negocio que fue neutralizado por la lucha del pueblo boliviano y alteño el año 2003.
Actualmente, Perú es un tributario de esta estrategia a través del proyecto de exportación Perú LNG. Vende su gas al precio Henry Hub a mercados de México, Corea del Sur, China malbaratando sus reservas estratégicas en favor de las transnacionales que operan y son dueñas del negocio, con enormes perjuicios para su economía (7).
Diferencias con el precio Henry Hub
Queda claro que existe una enorme diferencia entre el precio del gas de Bolivia y el Henry Hub y más aún entre éste y el precio LNG (ver cuadro 2).
En ese marco, no es precisa la afirmación del trabajo (8), que el precio del Henry Hub se vaya equiparando al precio del gas boliviano, para descartar la intención siempre presente que se quiere bajar el precio del gas boliviano.
Si bien los precios del gas los últimos tres años bajaron en comparación al Henry Hub por el declive del precio del barril del petróleo en el mercado internacional, la diferencia continúa siendo significativa: para el año 2018 fue de dos dólares respecto al precio con Brasil y 3 dólares con Argentina (ver cuadro 2).
Por eso, la afirmación del trabajo citado “que el precio de exportación del gas boliviano a Brasil no es mucho mayor que el Henry Hub, como para pensar que una prioridad de la eventual suscripción de un nuevo contrato sea la reducción del precio hasta el nivel del segundo”, desconoce que países como Perú son tributarios de esta estrategia con enormes perjuicios para su economía, al mismo tiempo, las intenciones de las transnacionales argentinas de producir a precios Henry Hub para estimular la exportación masiva de gas de Vaca Muerta hacia los mercados de Europa y Asia (9).
Las dificultades de Vaca Muerta (VM)
No cabe duda de la importante reserva y producción gasífera que tiene VM. Este reservorio tiene un potencial de shale y tight gas en la cuenca neuquina, según el Instituto Argentino del Petróleo y del Gas (IAPG), equivalente a 353 TCF (trillones de pies cúbicos).
Argentina con VM, después de 11 años, empezó a exportar, cuando baja su consumo interno, gas a Chile y Brasil, con contratos de corta duración y busca convertirse a futuro en exportador neto de gas natural licuado (GNL) a los mercados globales.
Javier Iguacel, actual secretario de Energía de la Argentina, señala que en cinco años se duplicará la producción de hidrocarburos en VM. Sin embargo, reconoce que “una gran limitante es la capacidad de transporte de gas desde esos yacimientos, otra, la volatilidad del precio internacional del petróleo, que puede frenar inversiones que deberían llegar a US$25.000 millones por año” (10).
El mismo análisis registra las advertencias de José Luis Sureda, ex secretario de Hidrocaburos, quien señala “como previsible que las mayores inversiones en VM tiendan a debilitarlas en otras cuencas, porque el shale gas puede desarrollarse más rápido que el convencional pero declinar del mismo modo. Y que no habría que entusiasmarse sin considerar externalidades como los costos financieros y de fletes; las necesidades de infraestructura; problemas gremiales y macroeconómicos; la falta de precios de mercado para el gas y la inconveniencia de pensar sólo en Chile como mercado externo, para lo cual se requiere exportar GNL como commodity a destinos de mayor demanda”.
La producción de gas sale de Vaca Muerta/Argentina tiene la meta de abastecer el 100% de la demanda argentina el 2022, “con excepción de los meses de invierno”, es decir, si bien la situación mejorará para 2021-22 cuando se produzca 140 millones de metros cúbicos de gas por día (18 millones más que hoy, o sea, un 15% de aumento, según la BBC), “eso no alcanzaría para suplir la demanda local en invierno, que puede alcanzar los 170-180 millones de metros cúbicos”.
A estas dificultades de VM se suman las críticas y denuncias sobre la contaminación del agua e impactos medioambientales negativos en Neuquén por la aplicación del fracking y sus inesperados costos financieros por el rendimiento pendular de su producción que hace que las empresas petroleras operen al límite de sus costos.
Expertos apunta una dificultad extra del gas: no es una commodity. “Todavía hay que transformar el recurso en reserva, y necesita ser ingresado a un mercado y para eso es necesario un precio acorde”, y “más allá de las exportaciones en el margen a nuestros vecinos, hoy construir una planta de licuefacción es muy caro y no queda claro si darían los costos”, opinan los expertos.
Las proyecciones optimistas del gobierno son inciertas ante el cúmulo de dificultades que encuentra la
producción, transporte y mercados del gas shale de Vaca Muerta donde el precio jugará un papel determinante.
Entre tanto desarrolla VM, el gobierno argentino al intentar renegociar el contrato de compra y venta de gas con Bolivia busca bajar el déficit comercial y fiscal que tiene disminuyendo el precio del gas boliviano.
Cabe recordar que el contrato de compra y venta de gas con la Argentina finaliza el 2026.
Un necesario análisis del Contrato de compra y venta de gas al Brasil
No se ha hecho aún un análisis exhaustivo técnico, político y económico del Contrato de compra y venta de gas al Brasil que termina en diciembre de este año. Amerita una auditoría, multidisciplinaria, encargada y realizada desde el Estado para la nación boliviana, a 20 años de venta de gas.
Existen, sin embargo, muchos análisis de especialistas en el tema que consideran que el contrato benefició a Bolivia y Brasil.
Uno de estos trabajos en su balance establece que: “Durante la vigencia del contrato, entonces, se otorgaron concesiones entre las partes que favorecieron sus intereses circunstanciales: se entregó a Petrobrás un mega-campo hidrocarburífero en días previos a la firma del contrato, se renegoció los precios favoreciendo a Bolivia, se ampliaron los volúmenes, inclusive incorporando por un tiempo una provisión adicional para plantas brasileñas en Cuiabá, se reconoció el valor de los licuables y, en general, se solucionaron de manera amigable todas las diferencias a lo largo de los veinte años. Todo esto revela que, además de las condiciones y oportunidades económico-técnicas, prevaleció una relación amistosa entre los gobierno, probablemente por su afinidad política, principalmente desde el año 2006, lo que facilitó su conclusión sin mayores contratiempos, permitiendo el aprovechamiento de un producto de calidad a precios bajos, por un lado, y la obtención de elevadas rentas fiscales gracias a la vinculación del precio del gas con el del petróleo, que tuvo un ciclo largo de elevadas cotizaciones” (11).
Contra estas visiones baste decir que el contrato no benefició a Bolivia. No sólo porque el país se vio obligado, por su élite política entreguista, a ceder Campo San Alberto, la “joya de la corona” descubierta por la estatal YPFB, sino porque entregó energía, base del desarrollo moderno, a cambio de excedente económico, profundizando su dependencia. Brasil, por el contrario, realizó la máxima histórica de los países desarrollados: comprar materia prima y vender productos manufacturados.
El resultado concreto es que Bolivia, al cabo de veinte años, reafirmó su derrotero primario exportador, profundizó el rentismo y se quedó sin reservas de gas. En este punto, se explica la oposición del líder socialista Marcelo Quiroga Santa Cruz a la venta de hidrocarburos como materia prima: planteaba a cambio de gas mercados del Brasil para productos industrializados del país y transferencia tecnológica a fin de equilibrar el intercambio comercial, precautelando reservas suficientes de gas para el desarrollo nacional.
Pero en el decurso histórico sólo se vendió gas rico a precio de gas pobre y se descuidó la seguridad energética nacional.
Cuadro 4: Canasta de Fuel oils
(Ver fotografía)
Justo zapata dice que el contrato debía haber establecido un precio en función del poder calorífico, lo que hubiera significado que sea siempre alrededor de un sexto del valor del barril de petróleo.
Brasil pagó por debajo de esa referencia porque impuso en el contrato un precio en base a una canasta de fuel oils tremendamente contaminantes y el resultado fue un mal negocio para el país.
Como se observa en el cuadro 4, esta canasta de fuel oils tienen precios bajos por su alto contenido de azufre. Y esta es la explicación por lo que el precio del gas boliviano esté por debajo del precio LNG, referido al petróleo. “Se puede afirmar con seguridad que en ningún país del mundo se permitiría quemar un combustible como el de la canasta establecida con el Brasil con alrededor de 27 gramos de azufre por kilogramo de combustible. Esta cantidad de azufre permitiría obtener alrededor de 83 gramos de ácido sulfúrico por litro quemado, cantidad que en cualquier fábrica o ciudad tornaría la atmósfera en irrespirable”, afirma Zapata, recalcando la importancia de disponer energía limpia como el gas.
Por otro lado, el contrato obligó a vender gas húmedo, es decir, gas rico. Zapata afirma que en el contrato Bolivia se obliga a proveer un mínimo de 1034 calorías por pie cúbico, es decir, gas con 10% de etano, GLP y gasolina natural. En el mercado global solo se vende gas seco, es decir, gas con 974 calorías por pie cúbico. Amén de estos elementos, el contrato impide a Bolivia utilizar el gasoducto a Brasil para llevar gas a otros puntos del territorio nacional, como el Mutun que necesita gas para ser industrializado.
¿Cómo se pudo firmar un contrato tan desfavorable? Zapata sostiene: “en la firma del contrato de gas al Brasil se interpuso el interés personal. Los principales negociadores de YPFB ya habían cambiado de camiseta antes de abandonar sus altas funciones”.
Al cabo de 20 años Brasil (13 TCF) tiene más reservas que Bolivia (10 TCF) y dispuso de energía barata para su desarrollo industrial.
Zapata concluye que el contrato de venta de gas al Brasil fue un saqueo más a Bolivia.
Perspectivas de la venta de gas
Bolivia encara la renegociación y ampliación de venta de gas a Brasil y Argentina en nuevas condiciones. No tiene reservas suficientes, es un jugador modesto en el mercado regional, y se enfrenta a una política de precios bajos para el gas.
Esta estrategia es similar a aquella que circuló desde 1997: “Brasil compra un gas que no necesita a precios altos”, para ocultar que Bolivia se constituía en fuente de aprovisionamiento energético barato en Sudamérica, un objetivo de la geopolítica brasileña y burguesía industrial.
En este marco, es necesario oponerse a la política de los gobiernos de Brasil y Argentina de bajar los precios del gas para ser “competitivos”. Así como la tendencia del mercado global es elevar los precios del gas en función del poder calorífico, Bolivia debe exigir hoy un precio igual a los del LNG que Brasil y Argentina importan e importarán en el mediano plazo, para aumentar sus ingresos.
Cabe recordar que con la Argentina existe un contrato vigente hasta el 2026 y con Brasil una posible ampliación del contrato hasta el 2023.
En ese lapso de tiempo, una política nacional debe utilizar masivamente el gas como energía, base del desarrollo, para salir del rentismo y la dependencia. Diversificar su economía utilizando el gas y los excedentes económicos para el desarrollo de una agroindustria orientada a la producción de alimentos para la autosuficiencia alimentaria, la industrialización del litio, el Mutún, la siderurgia, generando empleo sostenible. Bolivia podría consumir en estos proyectos hasta 40 Mmp/d de gas, lo que sustituiría mercados. La nación boliviana necesita gas, en consonancia con el cambio climático, para transitar con éxito hacia las nuevas energías alternativas como la eólica y solar. Sin gas eso es imposible.
De cara a posibles nuevos contratos, -Mato Grosso y Mato Grosso do Sul/Brasil-, Bolivia, si certifica nuevas reservas probadas, debe vender sólo gas excedente, preservando su seguridad energética, a precios referidos a su poder calorífico, negociando de estado a estado y no con empresas privadas.
Sin embargo: ¿Necesitamos más y más mercados? ¿Es bueno seguir vendiendo energía a precios bajos y no utilizarla para el desarrollo de un país pobre como Bolivia? Cabe recordar que ni la venta a la Argentina durante 30 años (sumando el primer contrato), ni al Brasil, los últimos 20 años, contribuyeron al desarrollo nacional, por el contrario, profundizaron el capitalismo rentístico, el atraso y pobreza.
Es hora de salir del rentismo, Bolivia no puede seguir apostando su futuro a la extracción y venta de materias primas.
Una manera de salir del extractivismo, que el gobierno del MAS profundizó, en directa continuidad con el neoliberalismo, es nacionalizar los hidrocarburos y recuperar soberanía sobre los recursos naturales, porque mientras Bolivia no nacionalice, las transnacionales que son titulares de los campos y un factor de poder exigen el desarrollo de un capitalismo rentístico con más y nuevos mercados para seguir exportando el gas como materia prima y así multiplicar sus ganancias.
Bolivia debe nacionalizar Sábalo, Incahuasi y Margarita-Huacaya para ser operados por YPFB, como primer paso, y ponerlos como condición de su soberanía, diversificación económica y desarrollo nacional.
Referencias:
1. https://www.eldeber.com.bo/economia/Bolivia-exporta-un-36-menos-de-gas-natural-a-Argentina-y-a-Brasil-20181120-9501.html
2. https://www.paginasiete.bo/economia/2018/11/18/alvaro-rios-nuestros-clientes-del-gas-se-convirtieron-en-competencia-200475.html
3. https://erbol.com.bo/noticia/economia/22112018/petrobras_preve_bajar_la_mitad_compra_de_gas_ypfb
4. https://elpais.bo/argentina-dice-que-no-quiere-gas-boliviano-sanchez-calla/
5. http://www.opinion.com.bo/opinion/articulos/noticias.php?a=2017&md=1120&id=236806
6. https://agendarweb.com.ar/2018/09/27/se-exporta-gas-a-chile-a-mitad-de-precio-del-que-le-compramos/)
7. https://elcomercio.pe/peru/mitos-verdades-detras-promesas-electorales-gas-196597
8. https://cedla.org/sites/default/files/rie_5_reporte_anual_de_industrias_extractivas_2018.pdf
9. https://www.runrunenergetico.com/sureda-para-exportar-hay-que-bajar-el-costo-del-gas/
10. https://www.lanacion.com.ar/2198087-la-segunda-oportunidad-que-ofrece-el-gas-natural174x130mm
11. https://cedla.org/sites/default/files/rie_5_reporte_anual_de_industrias_extractivas_2018.pdf