PDF Minería, sostenibilidad y medio ambiente
Ponencia presentada en la LXIX Cátedra Libre Marcelo Quiroga Santa Cruz. Martes 21 de enero, Paraninfo de la UMSA.
Héctor Córdova, expresidente de COMIBOL
Minería y sostenibilidad son conceptos contradictorios y no van de la mano. Los efectos negativos que tiene la actividad minera sobre el medio ambiente son grandes.
El mundo utiliza los minerales para un sinfín de cosas. La demanda de minerales del mercado es gigantesca. Una forma de aprovechamiento de minerales es el reciclado. Si se aprovechara el reciclado de minerales, por ejemplo, el acero, se ahorraría 86% en polución del aire, 40% en uso de agua, 76% en polución del agua. Reciclando una tonelada de latas de aluminio, se ahorraría 9 toneladas de CO2. Una lata de aluminio proveniente de mineral usa 20 veces más energía que una hecha con aluminio reciclado.
Sin embargo, el mercado no recicla. ¿Por qué no recicla más? Por la sencilla razón de que los países industrializados al comprar minerales, trasladan los costos de operación a los países productores de minerales como Bolivia.
El impacto ambiental negativo de la actividad minera es grande. El impacto social no es menor. Tenemos desde la explotación de los trabajadores, estado inerme, insostenibilidad, cambio de cultura y rentismo, conflictos internos, desempleo, abandono de pueblos, y dependencia de los precios de metales en el mercado internacional.
La minería moderna no emplea mucha gente porque es intensiva en capital y no en generación de empleo. La empresa se enriquece y el pueblo se vuelve más pobre de lo que era antes. Cabe decir que 92% de la minería del país está en manos privadas. El 8%, nada más, maneja la COMIBOL.
Sostenibilidad
Los elementos contradictorios entre minería y sostenibilidad son:
– Demanda creciente de metales del mercado. La gente renueva permanentemente celulares, autos, relojes, computadoras, etc. haciendo que la demanda de minerales sea creciente.
– Yacimientos minerales que se agotan inexorablemente. Como se ha dicho, el reciclaje es relativamente pequeño de minerales, por tanto, la fuente principal son los yacimientos de minerales que se van agotando. Hasta el Cerro Rico de Potosí que tiene 500 años prácticamente de explotación, se agotará algún día.
– Impacto ambiental irreversible, las operaciones mineras dejan impactos ambientales grandes, destruyendo toda vida que encuentra a su paso.
– Impacto social irreversible, porque la actividad minera destruye las formas de organización social e incentiva el rentismo que transforma las pautas culturales de los pueblos.
¿Cómo lograr mayor provecho de la actividad minera en nuestro país?
Cómo logramos mayor provecho de la actividad minera tomando en cuenta sus tremendos impactos sociales y ambientales negativos.
El consumismo de la gente genera la demanda creciente de minerales. El consumo provoca la actividad minera.
Si tiene que haber actividad minera en el país le saquemos el máximo provecho. Que no sea como ocurre ahora: extraemos el mineral y lo vendemos como mineral a los comercializadores. Cuando llevamos a cabo esta forma de producción, estamos provocando un daño impresionante al país. Los mineros cuando vendemos nuestro mineral de esa forma, recibimos entre el 20 y 40% del valor de todos los elementos que se ha extraído de la tierra. Nada más. El resto queda en manos de los comercializadores. Junto al zinc entregamos Indio. Si tiene estaño, nos castigan por ese mineral. Si tiene plata igual.
Este es el peor negocio que podemos hacer como país. Cuando vendemos minerales, estamos pagando los salarios de 60 mil trabajadores en Corea, Japón en la China.
Cómo hacemos que la minería sea más favorable para el país. Cómo maximizamos los excedentes generados por la explotación de los metales.
- Lo primero es pasar de la minería a la metalurgia. Cuando nos dicen “país minero” nos muestran que no hemos sido capaces de añadir valor al mineral, este apelativo viene a ser una ofensa grave. Cuando procesamos los minerales en una planta metalúrgica o fundición recuperamos todos los minerales que los estamos regalando hoy. Y como el costo de fundición ya está pagado por los minerales, ni siquiera nos costaría hacer funcionar una planta metalúrgica, para recuperar todos los minerales y venderlos sin que nos descuenten nada. Ese es lo que hace la Fundición de Vinto. Entonces, debemos ser un país, por lo menos, metalúrgico.
- Hay que centralizar la comercialización de los minerales. Ahora comercializan varias empresas privadas y ellas se enriquecen con el mineral. Le toman el pelo al minero. Este sector se ha opuesto a centralizar la comercialización de los minerales porque toca intereses grandes. Y en el tema del procesamiento de Zinc los coreanos dijeron: “no vamos a apoyar a Bolivia a tener una planta procesadora de Zinc porque con el zinc que viene Bolivia generamos 25 000 empleos en Corea. Nos deben seguir vendiendo el zinc como mineral”.
- Explotar sólo los minerales que pueden ser transformados en metales, haciendo que las nuevas plantas metalúrgicas no sean fundiciones porque éstas contaminan en exceso. Hay plantas que extraen todos los elementos de los minerales y que no contaminan prácticamente. No funden nada, disuelven los minerales y luego precipitan cada uno de los elementos.
- Hay que fabricar todos los insumos mineros en el país. Otro factor grave de la minería es que el 72 % de los insumos para la minería son importados. Sólo el 28% se producen en el país. Por eso no hay un efecto multiplicador en la economía nacional de la minería. La maquinaria minera es fácil de fabricar, al igual que los reactivos, hagámoslos acá.
- Pasar de la metalurgia a la industria. El proyecto del litio que ha sido presentado en el anterior gobierno para obtener las baterías de litio es un sueño impresionante. Es como querer montar una fábrica del siglo XXI en un país del siglo XIX. Hablando francamente, es casi imposible realizar ese sueño, porque la tecnología que se necesita es muy avanzada. Pero ese no es el problema porque se puede comprar esa tecnología. Para cualquier fábrica que queramos montar en nuestro país, necesitamos insumos. En cualquier país del mundo, menos en el nuestro, esos insumos están disponibles. En Bolivia nos falta una industria básica: no tenemos fábricas de óxigeno líquido, de carbonato de sodio, etc. que son elementales. A nosotros esos insumos nos cuesta importarlos, y el costo de producción por esos insumos importados, encarecería nuestra fábrica de baterías de litio. Si quisiéramos exportar esas baterías a Europa, los precios de venta no serían competitivos.
El indio lo extraen de los minerales de zinc; es uno de los acompañantes más valiosos de este mineral. Todas las pantallas de nuestros celulares, televisores son una aleación de óxido de estaño e indio. Nosotros somos el cuarto productor de estaño y de indio y sin embargo no fabricamos nada de esas tecnologías. La industrialización de los metales es una tarea pendiente y quizás inalcanzable para nosotros por la falta de desarrollo de la industria básica. Pero al menos nos quedaremos, entonces, en la fase de la metalurgia para dejar de ser país exportador de concentrados y exportar minerales.
- Respetar las normas ambientales porque sabemos que la minería hace daño al medio ambiente y lo va a seguir haciendo siempre. Si el marco legal obliga a sacar licencias ambientales, hay que hacerlo. Si dicen que se remedie los impactos ambientales hay que remediarlos. Al menos eso.
- Cualificar la participación de las comunidades. Está la consulta previa y la empresa sabe lo que va a provocar en el medio ambiente. La comunidad que escucha lo que dice la empresa, no tiene los argumentos ni los conocimientos para plantear alternativas. La empresa hace conocer su plan, la comunidad difícilmente plantea alternativas para mejorar su participación y los planes de desarrollo.