El portavoz de Yasunidos, la organización que ha promovido el referéndum para evitar la extracción de combustibles fósiles en la selva ecuatoriana, afirma que “la lucha aún no ha terminado”.
La Amazonía abarca seis millones de kilómetros cuadrados y atraviesa ocho países. Uno de ellos es Ecuador, que guarda el Parque Nacional Yasuní, una de las zonas con mayor biodiversidad del planeta. El domingo, millones de ecuatorianos votaron en un referéndum para protegerlo de la extracción de petróleo y de la voracidad de intereses económicos y políticos. Es la primera vez que se hace una consulta a la población en un país, Ecuador, que está viviendo una crisis de seguridad sin precedentes. Llegar al compromiso de dejar el petróleo bajo tierra y blindar ese espacio que es reserva de la biosfera, no ha sido sencillo: Yasunidos, la organización asamblearia formada por cientos de jóvenes de la que es portavoz Pedro Bermeo, lleva 10 años luchando por ello. Empezó con un grupo de jóvenes ambientalistas en 2013, cuando el entonces presidente del país, Rafael Correa, abrió la puerta a la explotación petrolera del lugar. En ese tiempo, cuenta Bermeo, de 32 años y fotógrafo de profesión, han sufrido acoso, amenazas, y una campaña de desprestigio en la que los han llamado “terroristas” por defender la naturaleza.
También han afrontado todo tipo de obstáculos para que no prosperara una consulta a la ciudadanía, como la del domingo. Era una lucha contra los sucesivos gobiernos que fueron poniendo trabas, contra la burocracia, contra la presión de las empresas y una fuerte campaña de desinformación. Pero, el pasado domingo, en las elecciones presidenciales anticipadas en el país andino, el 58,98% de los ecuatorianos que votaron lo hizo a favor de dejar de forma indefinida en el subsuelo las reservas de petróleo en el subsuelo. Bermeo, como todo el colectivo, considera ese ‘sí’ como una victoria, aunque recalca que se debe también a la lucha que habían empezado antes pueblos y nacionalidades indígenas.
P. El referéndum para proteger el Yasuní es la primera consulta popular que se celebra en Ecuador a propuesta de la ciudadanía.
R. Sí, las anteriores consultas partían del presidente. En Yasunidos hemos tenido que ir a 10 instancias distintas durante estos 10 años para llegar hasta aquí. Hemos logrado que se lleve a cabo la consulta popular y que ganemos con más del 60% de los votos, con una campaña masiva en contra.
P. En 2014, durante el gobierno de Rafael Correa, anularon más del 60% de las firmas que recogieron para llevar a cabo la consulta. ¿Se han sentido perseguidos?
R. Creo que fue uno de los momentos más duros, porque hacer una consulta popular es, en sí mismo, muy difícil. En ese momento, todos los poderes del Estado, controlados por Rafael Correa, hicieron una campaña sucia en los medios públicos para confundir a la ciudadanía. Para decir que éramos violentos, que estábamos mintiendo, que no decíamos la verdad. Hasta llegaron a acusarnos de que éramos financiados por Texaco, Chevron, una de las petroleras que más ha contaminado la Amazonía. Nos pusieron trabas para recoger las firmas. En medio del proceso de recolección, se aplicaron una serie de requisitos como, por ejemplo, el color del bolígrafo, el tamaño del papel, el peso del papel. Y después anularon de forma arbitraria más de 400.000 firmas de las 757.623 que recogimos. Incluso, entre 2013 y 2014, cuando se estaba llevando a cabo el proceso de recolección de firmas, encontramos a varios policías infiltrados en nuestras organizaciones. También hubo amenazas y una investigación del Servicio de Inteligencia en el que nos investigaban como si fuéramos terroristas, sabían nuestros movimientos bancarios, qué hacíamos y dónde trabajábamos.
P. ¿Han recibido presiones antes del referéndum, cuando ya se iba a celebrar?
R. Ha sido una campaña de David contra Goliat. Las grandes élites económicas, los medios de comunicación y la política tradicional hicieron un trabajo para desinformar a la ciudadanía. Pero, además de eso, la empresa estatal petrolera Petroecuador, que funciona con el dinero de todos, se dedicó a hacer campaña por el ‘no’. En horarios laborales enviaban a más de seis funcionarios a universidades a dar charlas sobre por qué votar ‘no’ en la consulta popular. Cuando está prohibido que un funcionario público haga campaña, para eso están las organizaciones inscritas. Nosotros no somos un partido político, no tenemos una estructura para hacer campaña, sino que la creamos con personas de a pie, de todo el Ecuador, que nos organizamos para salvar y defender la vida en el planeta. En este momento, somos el mayor consenso nacional. Mientras los candidatos tienen entre el 20% y el 30% de los votos, salvar el Yasuní ha obtenido el 60%. Ecuador es un pueblo ecologista que cree que la vida de la naturaleza y de los pueblos vale más que los supuestos dólares del petróleo, que nunca llegaron.
P. ¿Todas las comunidades indígenas están a favor del ‘sí’?
R. Cuando hablamos de los pueblos y nacionalidades indígenas, es como en cualquier otro grupo humano, hay posiciones en contra y a favor. Sin embargo, ha habido una relación evidentemente colonial y racista del Estado con los territorios de los pueblos y nacionalidades. ¿Y por qué digo esto? Porque a los pueblos y nacionalidades solamente se les ofrece trabajo, salud, educación cuando firman la autorización para explotar su territorio, es decir, hay un abandono sistemático del Estado para garantizar a todos los derechos humanos. A las personas de Quito no se nos pregunta si queremos salud o queremos tener nuestra casa sin contaminación. Ese condicionante que tienen que elegir es una manera de chantaje para decir si quieres tener educación, tienes que autorizarme la explotación de tu territorio.
P. En octubre se celebrará la segunda vuelta de las elecciones presidenciales entre la candidata del correísmo, Luisa González, y el empresario Daniel Noboa. ¿Cree que, dependiendo de quién gane, puede peligrar el resultado de la consulta?
R. Si el presidente, o cualquier funcionario, no cumple con lo establecido por la Corte Constitucional [como es el referéndum y su resultado], nosotros podemos pedir su destitución por interponerse a la decisión de la máxima corte. No solo tenemos que defender los votos en las urnas, sino también para que se respeten los resultados. Eso quiere decir que la lucha no acaba hoy. Si bien termina la etapa de la consulta popular, ahora comienza un proceso de cumplimiento y eso puede tardar varios años hasta que, al fin, podamos decir que el Yasuní está protegido.
Fuente: https://elpais.com/clima-y-medio-ambiente/2023-08-26/pedro-bermeo-activista-por-la-amazonia-ecuador-es-un-pueblo-ecologista-que-cree-que-la-vida-vale-mas-que-el-petroleo.html